Las omnipresentes sillas blancas de plástico y la Emeco 1006

He diseñado multitud de cosas de las que no estoy orgulloso y que ya han desaparecido. Quiero diseñar cosas que permanezcan para siempre. Creo que ya va siendo hora de que dejemos de malgastar los recursos del planeta.

Esa es precisamente la actitud y el mensaje que llevamos pregonando por estos lares desde hace ya un tiempo. La cita es de Philippe Starck, en referencia a su colaboración con Emeco, una empresa americana fundada hace más de 50 años con el objetivo de suministrar al ejercito de mobiliario fabricado en acero y aluminio. Destaca en su colección la silla Emeco 1006, que se ha convertido en un icono con el paso del tiempo, tanto por su robustez como por el atractivo de una linea americana clásica que se remonta a la era del optimismo Post Segunda Guerra Mundial.


Sobre la silla Emeco 1006, también conocida como silla Navy (armada o marina), ronda una leyenda que cuenta que el reposadero es un molde del culito de Betty Grable.

“Es una silla que nunca llegas a poseer del todo, simplemente la usas por un tiempo hasta que le llega el turno a la siguiente persona. Una gran silla nunca debería tener que reciclarse. Esto es algo muy considerado con la naturaleza y la humanidad”, sentencia Starck. En la planta de Emeco trabajan 35 personas que fabrican 1000 de estas sillas al mes. Cada una requiere 8 horas de trabajo y 77 meticulosos pasos durante los que se ensamblan las 12 distintas secciones, generando un producto casi indestructible y hecho para durar 150 años.

Ésta en concreto, o cualquiera de las sillas de aluminio de Emeco, la hemos visto en multitud de ocasiones por todos lados, pero ahora entra en acción posiblemente una de las sillas más ubicuas que existen: la silla blanca de plástico. Un omnipresente objeto de la vida cotidiana (como me mola decir objeto de la vida cotidiana) del que hay páginas web y grupos en Flickr con fotos tomadas por todas partes del mundo.

La silla en concreto es una Monobloc (monobloque), llamada así porque consiste en una única pieza de polipropileno calentado a 220 grados y moldeado para producir una silla cada 70 segundos. Se producen por todo el mundo y cuestan aproximadamente 3 € la pieza (en comparación, la silla Emeco no baja de los 300 €). Un mobiliario anónimo, económico, liviano, fácil de limpiar y apilable.


Posiblemente, la Monobloc sea la silla más famosa. Esta en concreto es la silla Pals de Resol.

Se puede considerar que las dos sillas tienen un alto nivel de perfección en su diseño, con características muy distintas, pero que han alcanzado la celebridad global. Aunque esto pueda hacerlas independientes del contexto, en el sentido de que no dan información local o temporal de donde se encuentran, no caben en el mismo contexto simplemente por su ubicuidad. Mr. Anderson y el Agente Smith no están sentados en sendas Monobloc durante el interrogatorio estilo Gestapo de Matrix, sino en unas brillantes Emeco 1006.

Fuentes: The Emeco 1006 chair y Those White Plastic Chairs – The Monobloc and the Context-Free Object.

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El análisis de sangre rediseñado

Sigo aún rebelado por la manipulación evidente a la que estamos sometidos en la sociedad de consumo. La puntilla no es la manipulación, es la evidencia, el descaro.

Cada año se inventan nuevas enfermedades. Las relacionadas con la mente y el sexo se llevan la palma. Medicalizan la timidez o bajan los niveles de algún factor de riesgo para vender más fármacos. Lo explica sin tapujos Joan-Ramon Laporte, jefe del servicio de farmacología en Valle Hebrón (Barcelona):

Cada vez que se reúne uno de los comités de hipertensión arterial (el estadounidense, el europeo o el de la OMS) bajan el nivel de presión arterial considerado normal, y lo mismo ocurre con el colesterol. En pocos años se ha disminuido de tal manera el límite de normalidad del colesterol que cada vez hay más población que debe tratarse. En EE.UU. ha aumentado de 3 millones de personas a 25 en 10 años.

Un asterisco rojo en un valor que antes era considerado normal. Así es como recuerdo que quedaban marcados los niveles de riesgo en los resultados de un análisis de sangre. Con 12 años la rodilla se me quedaba tiesa y, para encontrar un diagnostico, tenía que hacerme analíticas cada pocos meses. Luego disfrutaba interpretando la biometría hemática a razón de asteriscos rojos. Me encantaba pasarme de plaquetas. ¿Miles de millones de eritrocitos por microlitro? Poco debe ser cuando sale una estrellita roja al lado…

El tema es que todos esos datos tenían mucho potencial para ser visualizados de una forma más idónea. Por eso Wired Magazine lanzó esta propuesta sobre como podrían mostrarse los resultados de un análisis de sangre:

Blood Test Makeover by David McCandless
Blood Test Makeover by Jung + Wenig
Blood Test Makeover by Mucca Design

Estuches portalentillas que te hacen consumir más líquido

¿Ya has visto el documental “Comprar, tirar, comprar: la historia secreta de la obsolescencia programada“? Si no lo has hecho, no pierdas el tiempo con esta mediocre anotación y ponte a verlo. No hay conspiranoias de por medio, el documento es bien simple y contundente: somos unos hijos de puta.

/modo crítico de la sociedad de consumo ON.
El eje de la economía moderna, el crecer por crecer y no para satisfacer necesidades, es insostenible en un planeta de recursos limitados. No es la primera vez que hablamos de esto. La posteridad no nos va a perdonar, se van a reiterar las crisis y recesiones si continuamos con el consumismo desenfrenado. Vamos a morir todos.
/modo crítico de la sociedad de consumo OFF.

El documental —que lo veas si no lo has visto ya— versa sobre cómo se reduce deliberadamente la vida de los productos para incrementar el consumo. Así ocurrió con las bombillas, limitadas a mil horas, las medias de nylon, forzadas a ser menos resistentes, la batería de los iPods, no reemplazables y, mi personal aporte, los estuches portalentillas, que han visto incrementado su volumen, resultando en un mayor consumo de líquido para limpiar las lentes de contacto.

Las primeras lentillas que se amoldaron a mis ojos duraban un par de años. Requerían diferentes clases de líquidos y unas pastillas semanales. Las limpié con precisión y mimo durante los primeros siete meses, hasta que un sábado noche me equivoqué de píldora. Yo no percibí mucho el cambio, pero las lentes acabaron rosas, así que decidí pasarme a las lentillas desechables de un mes de duración. Una sustancial mejora en comodidad y un único líquido para gobernarlas a todas. Llevo más de diez años comprando este tipo de soluciones, cuyos botes vienen acompañados siempre con un estuche portalentillas de regalo. No sé para que necesito tener más de cincuenta, si al final siempre uso el mismo, pero lo que he podido constatar es que el diseño de estos contenedores de lentillas ha cambiado ligeramente a lo largo de la década. Los portalentillas fueron resideñados para aumentar su capacidad de albergar líquido. El objetivo, incrementar la frecuencia de uso de solución y por ende su consumo. Y para acabar, aquí tienes un estudio empírico que afirma que los americanos gastan más de 1600 millones de dólares debido a esto [en].

Cómo quedarse dormido rápidamente

He vuelto de unas merecidas vacaciones en Coconut Turtle Islands y el jet lag me ha estado desbarajustando seriamente mi ordenada y mediocre vida. Así que he tenido que echar mano de un método para conseguir dormir cuando no podía. La llamada intención paradójica de la psicoterapia de Viktor Frankl. El truco es el siguiente:

Métete en la cama, cierra los ojos y trata por todos los medios de permanecer despierto.

Viktor Frankl, fundador de la logoterapia, observó que el acto de tratar de controlar directamente el miedo que una acción nos provoca, activa un tipo de ansiedad anticipada que en realidad tiene el efecto de reforzar ese miedo. O sea, si hablar alemán en público pensamos que nos va a crear ansiedad, empezaremos a sentirnos aterrados con el mero hecho de pensar en vernos envueltos en una conversación de Hochdeutsch.

Con el fin de identificar y eliminar estos pensamientos, el Dr. Frankl desarrolló la técnica de la intención paradójica, que consiste en intensificar deliberadamente el hábito neurótico o pensamiento, haciendo que el paciente voluntariamente intente aquello que trata de evitar ansiosamente. Una especie de táctica psicológica inversa.

El temor al insomnio produce una intención exagerada a conciliar el sueño, que a su vez, incapacita al paciente para ello. Para superar este tipo de miedo, acostumbro a pedirle al paciente que haga justamente lo contrario, es decir, permanecer despierto el mayor tiempo posible. En otras palabras, la exagerada intención por conciliar el sueño, producida por la ansiedad anticipada de no poder hacerlo, debe ser sustituida por la intención paradójica de no conciliar el sueño, a la que pronto seguirá el sueño.

El principio del fin de Facebook

Douglas Rushkoff (wikipedia | web oficial | twitter) es otro de esos profesores prodigio de la NYU que escribe y teoriza sobre la influencia de los nuevos medios en personas e instituciones. Recientemente ha expresado que los días de Facebook están contados [en].


Con cerveza de por medio es más fácil socializar. Publicidad de Heineken.

Tras la inversión millonaria en Facebook por parte de Goldman Sachs, convirtiendo una startup de 6 años en una empresa valorada en 50 mil millones de dólares, Douglas anota que, este hecho, es una señal de que Facebook ha llegado a su cenit. Normalmente no hago mucho caso de artículos que declaran la muerte de algo que rebosa de vida —porque tienden a ser sensacionalistas, pero éste dice cosas interesantes:

Sin embargo, las redes sociales son en sí mismas tan pasajeras como cualquier encuentro social, discoteca o fiesta. Es la gente la que importa, no el lugar. Así que cuando los líderes que marcan la tendencia de un nicho social deciden que el lugar en el que todos socializan ha perdido su brillo o, lo que es más importante, su exclusividad, pasan al siguiente, llevándose a sus seguidores con ellos. (El sucesor de Facebook no dudará en facilitar una “utilidad de migración” con la que importar a todos los llamados amigos, si así lo deseamos.)

Seguiremos adelante […] sin siquiera mirar atrás. Cuando el lugar es tan etéreo como un sitio web, nuestra lealtad es mucho más abstracta que la que mostramos hacia un bar local o un gimnasio. No vivimos ahí, no conocemos al dueño, y estamos más predispuestos a indignarnos por el último cambio en la política de privacidad o al enterarnos que cada uno de nuestros contactos se ha vendido al mejor postor corporativo.

Así que no es que MySpace perdiera y ganara Facebook. Es que MySpace ganó primero, y Facebook ganó después. Caerán en el mismo orden.

Vía 52 Weeks of UX.

Una respuesta modifica tu comportamiento

El equipo de diseño de interacción de Teague llevó a cabo recientemente un predecible experimento. Motivados por el problema de la escasez de agua en el mundo, decidieron desarrollar un dispositivo para medir el flujo de agua que sale de un grifo. Luego optaron por mostrar los resultados en tiempo real a través de un iPad™ colocado en la pila. Hubiera bastado una simple LCD, pero el caso es que la presencia de feedback en tiempo real tuvo un impacto inmediato en el uso del agua. Se redujo el gasto en más de 5 litros de media en una tarea como lavarse las manos.

Sirva este ejemplo para remarcar algo tan simple y poderoso como que una respuesta del sistema es capaz de modificar nuestro uso. El feedback modifica nuestro comportamiento. Es un cambio en las reglas del juego.

Si llamas al ascensor y no se ilumina el botón, vuelves a presionarlo. Si tecleas una contraseña y no ves aparecer los asteriscos al ritmo de tecla, picas de nuevo. Si tras empujar una puerta ésta no se abre rápidamente, vuelves a empujar. Tan pronto como se encienda una luz, aparezca un símbolo o se emita un sonido, tu forma de actuar será distinta.

Cuando recibes una respuesta, modificas tu comportamiento.


El feedback es como el karma, modifica tu comportamiento.

En esto se basa uno de los grandes principios básicos de diseño y usabilidad: propocionar feedback a los usuarios sobre el estado del sistema. Tarea propia de gurús es la de consolidar términos, pero la palabra retroalimentación nunca acabó de convencernos como traducción de feedback. Al fin y al cabo es una respuesta del sistema. Un sitio web debe proveer de un feedback a los usuarios, de manera que éstos siempre conozcan y comprendan lo que sucede en todos los pasos del proceso.


¿Qué está pasando? Se ha perdido la conexión, informa GMail.

Si Ikea hiciera instrucciones para todo

En “If Ikea Made Instructions for Everything” se han marcado unos manuales de esos que tanto nos gustan aquí. Instrucciones estilo Ikea para armar desde una casa hasta un colisionador de hadrones, pasando por la concepción de confianza o un bebé. No podían faltar entre estas anotaciones:

Instrucciones para armar una casa - Estilo Ikea

Instrucciones para armar un bebé - Estilo Ikea
Completa el manual con las instrucciones para embarazadas y para cuidar posteriormente al bebé.

Instrucciones para armar un colisionador de hadrones - Estilo Ikea
Esperemos que no se suicide ningún indio esta vez… Más información.

Instrucciones para armar confianza - Estilo Ikea
Instrucciones para armar anfetamina - Estilo Ikea

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Trabaja menos

Cómo esto mi jefe no lo lee, puedo ser sincero. Aunque siendo realmente honestos, puedo ser sincero porque mi mujer este blog no lo lee. Sin embargo, este aspecto concierne más a las expectativas de mi jefe y por eso puedo proclamar abiertamente que si el trabajo fuera manteca, me comía el pan seco. A lo largo de los años se nos ha dado por supuesto que la tecnología nos liberaría del trabajo, nos haría ociosos. Sin embargo, se sigue trabajando demasiado en este mundo y el panorama no es muy prometedor visto como está, por ejemplo, el empleo en Barcelona.

Es posible trabajar menos horas, menos días. He aquí unos rápidos consejos:

  • Elimina tareas innecesarias y compromisos prescindibles;
  • Reduce el número de reuniones;
  • Aprende a decir no a muchas de las peticiones que recibas;
  • Deja de ser multi-tarea y concéntrate en hacer algo único;
  • Ponte límites en las horas de trabajo o el número de cosas que haces cada día;
  • Pide o recibe ayuda de otros, delegando parte de tu trabajo;
  • Concéntrate en la tarea más importante, antes de distraerte;
  • Elimina distracciones, especialmente Internet.

No obstante, todo esto no es más que una excusa para poder introducir una apasionante lectura. Bertrand Russell escribió un famoso compendio de obras en 1932, entre las cual se encontraba “Elogio de la ociosidad“, un increíble ensayo a su propuesta de trabajar 4 horas al día, que rebosa actualidad a pesar de haber sido escrito hace más de 80 años. A continuación os dejo con lo que yo personalmente considero más destacado y recomiendo, de todas formas, leerse el texto completo [pdf], que sólo consta de unas pocas páginas.

Como casi toda mi generación, fui educado en el espíritu del refrán “La ociosidad es la madre de todos los vicios”. Niño profundamente virtuoso, creí todo cuanto me dijeron, y adquirí una conciencia que me ha hecho trabajar intensamente hasta el momento actual. Pero, aunque mi conciencia haya controlado mis actos, mis opiniones han experimentado una revolución. Creo que se ha trabajado demasiado en el mundo, que la creencia de que el trabajo es una virtud ha causado enormes daños.
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Concepto: la Paradoja de los grupos

La paradoja de los grupos es un concepto que podríamos sintetizar en una sencilla oración: “No me uniré hasta que otros lo hagan“. Es una fuerza de cohesión que actúa para que un grupo de personas acabe coordinándose y obteniendo resultados. Clay Shirky (wikipedia [en] | web oficial | twitter), profesor de la NYU y profundo pensador de los efectos socioeconómicos de la tecnología de la información, reconoció el término en una charla en el ETech 2003, titulada “Un grupo es su peor enemigo”. Se sirvió de este ejemplo para abstraer el concepto:

Estás en una fiesta en una casa aburrido y piensas: “Esto ya no es para mí. Preferiría irme a cualquier otro sitio. Preferiría estar en casa durmiendo. La gente con la que quiero hablar ya no está aquí”. Lo que sea. La fiesta ya no tiene un mínimo de interés. Entonces sucede algo sorprendente: no te vas, a pesar de haber tomado la decisión de que esto no te gusta. Si estuvieras en una librería y te dijeras que ya has acabado, te irías. Si estuvieras en una cafetería y te dijeras “me aburro”, te irías, pero te encuentras sentado en una fiesta en la que has decidido que no te gusta y donde no quieres estar, y no te marchas.

A continuación ocurre de nuevo algo sorprendente. Veinte minutos más tarde, alguien se levanta y coge su abrigo. ¿Qué sucede entonces? De repente todo el mundo empieza a coger sus abrigos, todos a la misma vez. Esto significa que ya todos habían decidido que la fiesta no era para ellos, pero nadie había hecho nada el respecto hasta que finalmente este hecho actúa como disparador y todo el mundo manifiesta que es adecuado irse.

Así es como, en este caso, se alcanza el complejo instante en el que un grupo acaba uniéndose, donde las personas suficientes, por alguna razón, se ponen de acuerdo en que algo vale la pena que suceda y la decisión que toman en ese momento es: esto es bueno y debe ser protegido. Y en ese instante, aunque sea de manera inconsciente, se empiezan a recibir los efectos del grupo. Efectos que surgen una y otra vez en las comunidades online. Este efecto es tan constante que se conoce como la paradoja de los grupos. No hay grupos sin miembros, pero tampoco hay miembros sin un grupo. ¿De qué serían miembros sino?