Mediocres

Me ha llegado, a través del formulario de contacto, un mensaje anónimo:

Que pasa man, ya no publicas na ???

He pecado de abandono. Aprecio la moderación, en este caso de publicación, pero nada hay de virtud aquí si hemos llegado a uno de los extremos. Lo sé, porque lo sabe Arístoteles.

La sabiduría antigua elogiaba toda posición que no llegara al extremo. Celebraba lo proporcionado y la mesura, despreciando los excesos y la eminencia. La mediocridad estaba viviendo su época dorada. Sin embargo, el paso del tiempo la relevó al veto y la repulsa. No pudo hacer frente a la exaltación del romanticismo, la exageración del barroco, el superhombre de Nietzsche y los superheroes de Marvel. Ahora, que hemos desembocando en la era de los medios, la aspiración a lo máximo y al reconocimiento nos han inculcado que es preferible el fracaso absoluto a la mediocridad.

Con el caudal contínuo de check-ins en twitter, fotos pasadas por filtros vintage y actualizaciones de Facebook, es fácil caer en la trampa de creer que los demás tienen una vida apasionante, mientras nosotros desayunamos un tazón de cereales en calzoncillos. Se promociona una cultura social en la que prima comunicar cuan interesantes somos. El camino hacia el reconocimiento iniciado antes por los medios de comunicación y la publicidad. Lo sé, porque lo sabe Tyler:

La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos hemos dado cuenta y estamos, muy, muy cabreados.

Yo no estoy muy, muy cabreado. Ni siquiera lo estoy un poco porque acogí la mediocridad. Reconozcamos de una vez que todos somos mediocres en casi todo y rescatemos a la medianía de la censura. Es muy difícil no serlo y sería ridículo que todos intentáramos ser estrellas del rock.

Nos bombardean continuamente con la propaganda del éxito. La publicidad y los gurús del marketing exponen que “eres el mejor del mundo (…) o eres invisible”. La sociedad nos transmite que solo quiere ganadores. Competir y ganar. De la noche al día, este no era nadie y hoy lo es todo.

Eso es falso. No existe el éxito de la noche a la mañana. Detrás de él hay habitualmente alguien obsesionado.

Claro como el vodka, si quieres llegar a ser lo más en algo, tienes que estar obsesionado. Hacerlo todo el tiempo, y cuando no lo haces, tienes que estar pensando en ello. La gente de negocios que amasa millones es porque siempre está haciendo negocios. “Lo que la gente necesitada no entiende de la gente con dinero que sigue trabajando 12 horas por día es que, justamente, no lo hace por dinero”, decía Martin Varsavsky en uno de sus posts.

La buena noticia, es que no hay que ser the best in the world. Ser el mejor implica competición, foco en el ego. Siempre se ha dicho que aprender no es lo mismo que sacar buenas notas. Cuando lo importante no es aprender y disfrutar, sino ganar, todo vale. Y cuando todo vale, la vida no se convierte en una meritocracia, sino en un concurso de popularidad, donde el más competente no es el mejor, sino el más hábil compitiendo.

La mayoría de nosotros no estamos aquí para llegar a ser algo o cambiar el mundo, a pesar de cargar con esa sensación. Estamos aquí simplemente para vivir. Es por eso que, desde este mediocre blog, reivindicamos la medianía con naturalidad. Somos mediocres. No somos los mejores, por supuesto, pero tampoco los peores y eso ya es mucho tal como esta el panorama.

Ahora me he acordado de aquella entrevista a Ioannis Ikonomou, un traductor griego que habla 32 idiomas, y de la pregunta que no publicaron:

– Y usted, hablando tantos idiomas, ¿en qué piensa?
– Pues en follar, como todo el mundo.

Somos mediocres, pero también nos gusta una buena taza de te.

Concepto: el Efecto Mateo

Con nuestra serie “concepto” queremos invitarles a diagnosticar en un par de palabras algunos eventos sociológicos comunes. Ayuda a salir de la mediocridad. Cuando al final de un episodio en una serie les dejen con un Continuará… exclamen que es un recurso que se nutre del efecto Zeigarnik. O cuando apabullados por multitud de opciones no sepan que elegir, digan que tienen parálisis por decisión.

El efecto Mateo, al que también pueden llamar Matthew effect, vendría a substituir la frase “el rico se hace más rico y el pobre más pobre”, aunque no solo económicamente, sino como ventaja acumulativa en general. Veamos por ejemplo en los deportes:

A principios de cada año, los equipos All-Star del hockey hielo canadiense seleccionan a las jóvenes promesas de entre los niños de nueve años. Los nacidos en enero parten con una considerable ventaja. Cuando se seleccionan, están a punto de cumplir la década y, a esas edades, su desarrollo supera al de aquellos nacidos en diciembre. Como consecuencia, consiguen cierta preferencia y acaban recibiendo programas especiales de entrenamiento para desarrollar sus talentos. Es un hecho que los mejores jugadores del hockey hielo en Canadá hayan nacido en enero, febrero y marzo.

El efecto Mateo, acuñado por el sociólogo Robert K. Merton en 1968, toma su nombre de una cita del Nuevo Testamento. Concretamente de la parábola de los talentos, Ezequiel 25:17 Mateo 25:29:

Porque a todo el que tiene le será dado, y tendrá abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

Una ventaja acumulada que se dice que aprovechan los científicos que gozan de más popularidad para recibir el crédito de muchas de las investigaciones. Con el reciente descubrimiento de la partícula divina, ¿se podría aplicar al campo de Higgs en detrimento de Brout, Englert, Guralnik, Hagen y Kibble?

Así pues, el efecto Mateo, al que también pueden llamar Matthäus-Effekt, incide claramente sobre las posibilidades de éxito. Es una característica de las redes en general. Los nodos mejor conectados siempre atraerán más y aquellos pobremente conectados tenderán a permanecer desproporcionadamente pobres. Lo pueden experimentar con el crecimiento de las redes sociales y Google, que siempre ha operado bajo este principio, trata de combatir este efecto en sus últimas actualizaciones.

El efecto Mateo nos muestra que vivimos más en un concurso de popularidad que en una meritocracia.

Conceptos anteriores:

Diseño para el error o por que los aviones tienen ceniceros en los lavabos

Las décadas son un invento reciente. No ya el concepto de diez años seguidos, claro, sino el de unidad cultural. Antiguamente, la medida de estos cambios vendría dada, por ejemplo, por la vida del rey. El reinado de Isabel la Católica, que no vendría exento de modas que abochornarían a dinastías previas.

Durante el Renacimimento, algunas mujeres usaban el jugo de las bayas de la Atropa belladonna para dilatar sus pupilas, efecto conocido como midriasis, por motivos puramente estéticos. Un reinado o un papado más tarde seguramente se recordarían ridículas con esos ojos.

¿Cómo podía llevar semejante peinado en los 80? Bueno, a parte de que por entonces tenía pelo, porque es común que la mayoría de nosotros tengamos una opinión decente de como somos ahora. “Pero dentro de cuarenta años”, escribía Dale Carnegie en 1948, “puede que miremos atrás y nos riamos de la persona que somos hoy”. ¿Dentro de cuarenta años? Los hipsters no van a durar ni cinco. Con la celeridad de estos tiempos, pronto los lustros serán las unidades culturales mínimas.

Son necesarios muchos cambios para que una unidad de tiempo se considere significativa. Vivimos en una sociedad que ha conseguido añadir cuarenta años a la vida media de la especie humana en solo dos siglos. Desde el neolítico, tan solo se consiguió un aumento de veinte años en diez mil que pasaron. La consecuencia de ello es que los sucesos culturales de gran magnitud cada vez se dan en periodos más cortos. La sensación de ser parte del pasado se nos echa encima. Eramos trogloditas hace medio siglo.

¡Hace treinta años la gente iba fumando en los aviones!

De hecho, podría haber empezado por ahí, que es de lo que realmente trata esta entrada, pero me esfuerzo por poner en contexto el asunto y andarme un poco por las ramas. En Engineering Infrastructures For Humans explican por que los aviones tienen ceniceros en los lavabos.

El que menos haya viajado en avión sabe que no se puede fumar dentro de ellos. Queda permanentemente avisado en los luminosos interiores, en los múltiples adhesivos de las puertas y en los manuales de instrucciones. Incluso, y aquí viene lo curioso, hay un aviso de no fumar adherido al cenicero del lavabo.


Quieto, “parao”.

Si no se puede fumar en los aviones, parece completamente ilógico que haya ceniceros, con lo que esto tiene pinta más de un parche que de una solución. Debe ser que el coste de eliminar todos los ceniceros de las puertas de los lavabos se dispara en comparación con el coste de poner una pegatina de prohibición justo donde puedes apagar el cigarro. Si American Airlines ahorró cuarenta mil dólares eliminando una aceituna de cada ensalada, aquí también economizaremos.

Pues no.

Resulta que según el código de regulación, tener ceniceros en los lavabos de los aviones no es algo opcional. Un avión no puede abandonar el terminal si no dispone de ellos.

Es una decisión basada en una de las principales heurísticas de diseño centrado en el usuario. Los usuarios cometerán errores y probarán acciones no permitidas, y puede que no tenga nada que ver con maldad o estupidez. No asumas que tus usuarios nunca romperán las reglas y toma una medida de reducción de riesgos. Está prohibido fumar, pero si fumas, al menos, apaga el cigarro bien y no vaya a pasar como en 1973, cuando un accidente de avión atribuido a un cigarrillo mal apagado acabó con la vida de 123 personas.

Todo diseño centrado en el usuario es un diseño que tiene en cuenta el error humano. Por eso los cajeros devuelven la tarjeta antes de entregar el dinero o la pantalla del iPad se apaga a los cinco segundos si no se desbloquea.

Todo el mundo puede fallar. Menos Torres, este que no falle el sábado.

Banksy sobre la publicidad

Se cachondean de ti cada día. Se meten en tu vida, te agreden gratuitamente y desaparecen. Te acechan desde altos edificios y te hacen sentir pequeño. Lanzan frívolos comentarios desde autobuses insinuando que no eres lo bastante sexy y que la diversión está en otro sitio. Están en la televisión haciendo que tu chica se sienta incómoda. Tienen acceso a la tecnología más avanzada que el mundo ha conocido y te acosan con ella. Son “los anunciantes”. Y se ríen de ti.

Tú, sin embargo, tienes prohibido tocarlos. Las marcas registradas, los derechos de propiedad intelectual y los derechos de autor permiten a los anunciantes decir lo que quieran, donde quieran, con total impunidad.

A la mierda con eso. Todo anuncio en un espacio público, sin darte la posibilidad de elegir si quieres verlo o no, pasa a ser tuyo. Es tuyo para que lo cojas, lo modifiques y lo reutilices. Puedes hacer lo que quieras con él. Pedir permiso sería como preguntarle a alguien si puedes quedarte con la piedra que acaba de tirarte a la cabeza.

No debes nada a las empresas. Ni eso. Sobre todo no les debes ningún respeto. Ellos te lo deben a ti. Han reorganizado el mundo para ponerse delante tuyo. Nunca te pidieron permiso, no se te ocurra pedir tú el suyo.

Retweet de Hënrich Elleviräan (1980- , programador finlandés afincado en Holanda).

Rápido repaso de la ortografía española actual

— Mamá, mamá, ¿hay gelatina?
— No hija, solo hay i griega e i latina.

Aunque la denominación más extendida de la letra “y” es “i griega”, se recomienda llamarla “ye” en la nueva ortografía. ¡La ortografía! Otra cosa más en la que hay que estar actualizado.

A raíz de una duda lingüística llegué a las FAQ de la Real Academia Española y me vi disfrutando de la lectura como no habría esperado. Me di cuenta que estaba desactualizado en ciertas reglas y, como muchas de las decisiones o recomendaciones de la Academia se justifican por la simplicidad y el principio de economía del lenguaje, que me parecen razones más que honestas y loables, pues estoy muy a favor.

Así, aunque tiene ya un tiempo esta “nueva” ortografía, no está de más repasarla y plantearse como buen propósito de este año el mejorar nuestra ortografía. La mayor simplificación proviene de la eliminación de muchos acentos y que se convierte en obligatorio:

  • Eliminación del acento diacrítico en “solo” y los pronombres demostrativos “este”, “ese”, “aquel”, etc. Sin excepciones. Se acabó el pensar si “solo” se puede sustituir por “solamente” para ponerle o no acento.
  • Eliminación del acento en la conjunción “o”, que antes llevaba cuando separaba dos cifras.
  • Eliminación también del acento en un puñado de palabras que ahora son consideradas monosílabas, por contener diptongos o triptongos. Afecta a formas verbales y a sustantivos como ion, guion o truhan, que la conocemos todos por la canción de Julio Iglesias.
  • A la hora de escribir extranjerismos o latinismos crudos (no adaptados) deben escribirse en cursiva. Así debería ser affordance, estándar y standard, a grosso modo.
  • Cuando utilicemos prefijos (como anti o ex, por ejemplo), van soldados. Mi exnovia era supermodelo. A no ser que la palabra a la que preceden se escriba con mayúsculas o sea un numero, que van con guion (mini-USB, sub-21). Por último, las palabras se escribirán separadas cuando sean pluriverbales, como anti pena de muerte o pre Segunda Guerra Mundial.
  • Encima mío y detrás tuyo está mal dicho. Sería correcto encima de mí y detrás de ti, pero creo que si insistimos lo suficiente, al final lo aceptarán.
  • Resulta que hay tres verbos en español que presentan dos participios (regular e irregular). Así es correcto decir imprimido e impreso, freído y frito y proveído y provisto cuando se usen como participios. “Rompido” no vale.
  • Se dice “un área muy extensa y un hacha afilada” porque el indefinido “una” toma la forma “un” cuando antecede inmediatamente a sustantivos femeninos que comienzan por a tónica. Para el resto de artículos se utiliza el género apropiado (“toda el agua”, “esta hacha”, “aquella área”).
  • Las MAYÚSCULAS llevan tilde. Parece que había una leyenda urbana que afirmababa no era obligatorio, pero la Real Academia Española nunca ha tenido tal regla. Las siglas, sin embargo, ni llevan acento, ni tienen plural (no se añade ninguna ‘s’ como hace el inglés). Por otro lado, las abreviaturas llevan un punto al final de la palabra recortada, pero los símbolos no (tal como “cm”, “m” y los más evidentes ?m o Ã…, Fe, Ag, etc.)
  • Las particulas “qué”, “cuál”, “quién”, “cómo”, “cuánto”, “dónde”, etc. se escriben sin acento cuando, entre otras cosas, son átonas (salvo “cual” cuando va precedido de artículo que también va sin acento). Es decir, si no tienen el peso del relieve en la pronunciación. Así “lo importante no es el qué, sino el cómo”, pero eso “no significa que no importa como se hagan las cosas, sino cuándo”. “¡Que aproveche! ¿Qué has dicho?”.
  • “Porqué” es sustantivo y tiene plural (porqués), “por qué” es el que va en las preguntas, “porque” es la respuesta a estas preguntas y “por que” acostumbra a utilizarse más con un artículo entre medio, como por ejemplo, “este es el porqué por (el) que te llamé”.
  • Los nombres de los días de la semana, de los meses y de las estaciones del año se escriben en minúscula, a excepción de festividades, acontecimientos históricos o nombres propios de calles, edificios, etc.

Y ante las dudas, el Diccionario panhispánico de ídem.

Su nombre es Paul Van

Mi trabajo de Clark Kent se desarrolla en una empresa de anuncios de contactos con lavabos unisex. Al igual que Reynholm Industries, está llena de gente atractiva, que no trabaja mucho y tiene affairs. Los desarrolladores son para echarles de comer aparte.


Identifica al informático.

Soy el Product Manager de Reynholm Industries. Esto es, a pesar de tener un respetable conocimiento técnico, soy un desarrollador fracasado, aunque con suficiente aptitud comercial como para entender que estamos en el negocio para ganar dinero. Soy mediocre en casi todo, pero al contrario que algunas personas en otras funciones, no hay un área en la que sea un completo inútil.

Volviendo a la gente con affairs, he descubierto que la mejor manera de obtener feedback sobre nuevos productos o interfaces no es preguntándoles que piensan de estos. En vez de ello, resulta más provechoso explicarles muy brevemente lo que van a usar a continuación y dejar que lo manejen, que exploren, pero permitiendo que hagan cualquier pregunta que les venga en mente. Si les preguntamos que piensan, entran en modo crítica y empiezan a buscar problemas, que no es justamente la actitud que toma un usuario real cuando interactua con un sistema.

Para recibir feedback de nuestros usuarios cuando tienen problemas de soporte, quiero proponer que el formulario de contacto de la empresa de anuncios de ídem sea más amigable:

Formulario de contacto para soporte
Una idea estupenda la de mapear la severidad del ticket con unas opciones más humanas: “Con calma, solamente es una consulta”, “Un poco inquieto, ya que tomaré una decisión basada en su respuesta”, “Nervioso, creo que puede que haya roto algo!” y “Socorro!”

Paul Van siempre agradece cualquier comentario que le puedan aportar sobre el blog. Pueden escribir para cualquier cosa (¡menos para preguntar donde comprar las sillas en miniatura!) . Siempre respondemos a su contacto.

Cómo quedarse dormido rápidamente

He vuelto de unas merecidas vacaciones en Coconut Turtle Islands y el jet lag me ha estado desbarajustando seriamente mi ordenada y mediocre vida. Así que he tenido que echar mano de un método para conseguir dormir cuando no podía. La llamada intención paradójica de la psicoterapia de Viktor Frankl. El truco es el siguiente:

Métete en la cama, cierra los ojos y trata por todos los medios de permanecer despierto.

Viktor Frankl, fundador de la logoterapia, observó que el acto de tratar de controlar directamente el miedo que una acción nos provoca, activa un tipo de ansiedad anticipada que en realidad tiene el efecto de reforzar ese miedo. O sea, si hablar alemán en público pensamos que nos va a crear ansiedad, empezaremos a sentirnos aterrados con el mero hecho de pensar en vernos envueltos en una conversación de Hochdeutsch.

Con el fin de identificar y eliminar estos pensamientos, el Dr. Frankl desarrolló la técnica de la intención paradójica, que consiste en intensificar deliberadamente el hábito neurótico o pensamiento, haciendo que el paciente voluntariamente intente aquello que trata de evitar ansiosamente. Una especie de táctica psicológica inversa.

El temor al insomnio produce una intención exagerada a conciliar el sueño, que a su vez, incapacita al paciente para ello. Para superar este tipo de miedo, acostumbro a pedirle al paciente que haga justamente lo contrario, es decir, permanecer despierto el mayor tiempo posible. En otras palabras, la exagerada intención por conciliar el sueño, producida por la ansiedad anticipada de no poder hacerlo, debe ser sustituida por la intención paradójica de no conciliar el sueño, a la que pronto seguirá el sueño.

Trabaja menos

Cómo esto mi jefe no lo lee, puedo ser sincero. Aunque siendo realmente honestos, puedo ser sincero porque mi mujer este blog no lo lee. Sin embargo, este aspecto concierne más a las expectativas de mi jefe y por eso puedo proclamar abiertamente que si el trabajo fuera manteca, me comía el pan seco. A lo largo de los años se nos ha dado por supuesto que la tecnología nos liberaría del trabajo, nos haría ociosos. Sin embargo, se sigue trabajando demasiado en este mundo y el panorama no es muy prometedor visto como está, por ejemplo, el empleo en Barcelona.

Es posible trabajar menos horas, menos días. He aquí unos rápidos consejos:

  • Elimina tareas innecesarias y compromisos prescindibles;
  • Reduce el número de reuniones;
  • Aprende a decir no a muchas de las peticiones que recibas;
  • Deja de ser multi-tarea y concéntrate en hacer algo único;
  • Ponte límites en las horas de trabajo o el número de cosas que haces cada día;
  • Pide o recibe ayuda de otros, delegando parte de tu trabajo;
  • Concéntrate en la tarea más importante, antes de distraerte;
  • Elimina distracciones, especialmente Internet.

No obstante, todo esto no es más que una excusa para poder introducir una apasionante lectura. Bertrand Russell escribió un famoso compendio de obras en 1932, entre las cual se encontraba “Elogio de la ociosidad“, un increíble ensayo a su propuesta de trabajar 4 horas al día, que rebosa actualidad a pesar de haber sido escrito hace más de 80 años. A continuación os dejo con lo que yo personalmente considero más destacado y recomiendo, de todas formas, leerse el texto completo [pdf], que sólo consta de unas pocas páginas.

Como casi toda mi generación, fui educado en el espíritu del refrán “La ociosidad es la madre de todos los vicios”. Niño profundamente virtuoso, creí todo cuanto me dijeron, y adquirí una conciencia que me ha hecho trabajar intensamente hasta el momento actual. Pero, aunque mi conciencia haya controlado mis actos, mis opiniones han experimentado una revolución. Creo que se ha trabajado demasiado en el mundo, que la creencia de que el trabajo es una virtud ha causado enormes daños.
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Estirar el tiempo

Mucho antes de abrazar la mediocridad, fantaseaba a menudo con la idea de ser el mejor de los mejores en algo. Dejaba volar la imaginación para captar la esencia del prodigio que supondría ser invencible. Me montaba pajas mentales figurando cómo debía sentirse el más destacado pianista del mundo, en qué situaciones se vería envuelto alguien con el don de entender todos los idiomas o qué ovaciones recibiría el mejor cantante de coplas.

En mi infancia, soñaba con ser el mejor portero de fútbol. Imbatible. La Carbonero se olvidaría de Casillas en el minuto uno. Mi guardameta ideal era incapaz de recibir un gol, excepto cuando el linier la cagaba. Una omisión típica de esas en las que confunden de que lado ha caído la pelota. A lo sumo recibiría goles fantasma. Aunque si el resultado lo permitía también debía dejarme colar alguno de vez en cuando. Tenía que disimular que lo mío era inhumano, porque como no estaba hecho para eso de entrenar duroteh y dedicar una vida a ello, lo mío tenía que ser una especie de superpoder.

Semejante capacidad para atajar balones se generaría del hecho de poder cambiar la percepción del tiempo o, dicho de otro modo, procesar la realidad más rápidamente. Todo esto mucho antes de que Neo aprendiera a esquivar las balas. Sería como estar fuera de la línea temporal común para todos, acompañado de una sensación de quietud. Al procesar el tiempo más rápido, el balón parecería viajar más lentamente, permitiéndole a uno reaccionar más holgadamente y cambiar de dirección a lo Ed Warner, el portero bizco de Campeones (Captain Tsubasa), si fuera necesario. El balón recorrería la distancia hacia la meta en un escaso segundo, que nos habría parecido un minuto. El resto del mundo vería simplemente que eres un tío rápido moviéndote.

Bueno, pues resulta que hay investigaciones que afirman que esto se puede hacer, que se puede estirar el tiempo, haciendo que la percepción temporal subjetiva cambie y éste transcurra más lentamente. Que existen zonas del cerebro especializadas en la medición del paso del tiempo y tenemos una especie de cronómetro interno que podemos consultar. Una prueba inconsciente de ello es el llamado minuto microondas, cuando el tiempo se ralentiza mientras esperas que la comida se caliente en el microondas. Lo sorprendente radica en que se cree que también podemos entrenar ese “ritmómetro” biológico, haciendo que un minuto microonda pase más rápido y que el balón parezca que se mueve más lento.


Estira el tiempo de vida de tus aparatos electrónicos. Campaña publicitaria de Clamper y sus dispositivos de protección del arco voltaico.

Conspiranoia: las impresoras de inyección de tinta

¿Cuáles son los elementos básicos que toda respetable teoría conspirativa debe poseer? En este artículo de Wired identifican los 6 ingredientes indispensables para este tipo de conjeturas y sin necesidad de masones de por medio. ¿Nunca habéis escuchado nada sobre la conspiración de las impresoras de inyección de tinta?

¿Me estás tomando el pelo? La impresora de inyección de tinta fue una completa farsa! Piénsalo detenidamente, todo el mundo sabe que la tinta de los cartuchos está hecha de sangre de unicornio. ¿Y te has fijado que HP y EPSON han empezado a comportarse de forma muy extraña? Es obvio que no quieren que esta trama salga a la luz. Quiero decir, ¿qué pasaría si la gente empezara a preguntarse por qué las impresoras de inyección de tinta son tan baratas? Bueno, puede que sirva para engañar a la plebe, pero los miembros de la Oficina Sin Papel no se tragan esta historia. Mira, no sólo lo digo yo, Gillete con sus cuchillas desechables está convencido también. Pero tenemos que actuar rápidamente, porque quién sabe cuando se atascará el papel de nuevo. Sólo quería que supieras de todo esto, en caso de que desaparezca.

La clave reside en susbtituir los elementos en negrita por una serie conceptos que conformarán una plantilla para generar todo tipo de teorías conspirativas:

¿Me estás tomando el pelo? [suceso en cuestión] fue una completa farsa! Piénsalo detenidamente, todo el mundo sabe que [precedente conocido]. ¿Y te has fijado que [nombrar a alguien poderoso] han empezado a comportarse de forma muy extraña? Es obvio que no quieren que esta trama salga a la luz. Quiero decir, ¿qué pasaría si la gente empezara a preguntarse [pregunta inquietante]? Bueno, puede que sirva para engañar a la plebe, pero los miembros de [grupo dedicado a la búsqueda de la verdad] no se tragan esta historia. Mira, no sólo lo digo yo, [aprobación de un experto] está convencido también. Pero tenemos que actuar rápidamente, porque [indicio de una amenaza imminente]. Sólo quería que supieras de todo esto, en caso de que desaparezca.

En los comentarios de 6 Elements Every Conspiracy Theory Needs podréis encontrar decenas de teorías conspiranoicas. Un par de ellas me han llamado suficientemente la atención como para dejarlas en los comentarios de esta entrada. Si alguien se anima a destapar alguna trama, que lo haga de manera anónima, no vaya a tener problemas…