No le pegues a los pandas o la compra online y las instrucciones de lavado de ropa

Las personas nos acostumbramos de raíz a esas herramientas fundamentales que nos cuelan en nuestro día a día. Para los mayores de treinta ni siquiera existieron en buena parte de nuestras vidas, pero ya no nos podemos imaginar una realidad sin, por ejemplo, teléfonos móviles, viajes en avión, navegadores GPS o condones XXL.

Nos acostumbramos con relativa rapidez a cualquier nueva herramienta por influencia de aquellos cercanos a nosotros. Como ejemplo de esta paradoja de los grupos, tenemos a Sylvan Goldman, que inventó el carrito de la compra en 1937 tras notar que los clientes de su tienda dejaban de comprar cuando sus cestas empezaban a pesar demasiado. Sin embargo, nadie usó los carros de Goldman en un primer momento hasta que este contrató actores para que empujaran de ellos por la tienda. Los clientes vieron a estas personas, que consideraban estaban haciendo lo mismo que ellos, y el uso de los carritos despegó hasta convertirse en algo ubicuo en los supermercados.

Ahora, para que un objeto de la vida cotidiana (como me mola decir objetos de la vida cotidiana) evolucione en cierto grado, tiene que pasar por el aro de Internet. Desde hace escasos dos meses hago la compra online.

I’m sorry. Are you from the past?

A ver, que pulir Visa por Internet es algo que todos hacemos desde hace años. Yo hablo de abandonar el carrito de la compra. Ya tuve reparos cuando me compré unas botas de fútbol en Zalando. Algo que tienes que probarte, ver como te queda y eso antes de adquirirlas. Ese procedimiento se invierte en la compra online donde primero pagas y luego te devuelven el dinero o lo cambias si no estás contento. Comprar los brócolis y los yogures de cada semana ya es un paso más en fidelidad y confianza, pero la comodidad paga con creces. Mi herramienta fundamental del nuevo año.

Bueno, hasta aquí la introducción, que sirve para descolocar, pues el artículo va en verdad de ropa que, como elemento fundamental de nuestro día a día, desearía profundamente que evolucionara hacia la ropa que no se mancha, que no huele ni se contamina. Vamos, que no haya que lavarla, que es uno de los grandes desastres ecológicos de esta sociedad. Y serviría además, para deshacerse de unos de los mayores despropósitos creados en cuanto a iconografía y estandarización.


O dásela a tu madre. Ella sabe como hacerlo.

Las instrucciones de lavado de la ropa son como los términos y condiciones, nadie se los mira antes del uso. Y puede que la principal razón de ello sea que no se entienden, resultado de unos iconos difíciles de interpretar (¿qué relación tiene para un consumidor un triangulo equilatero y la lejía?). Joaquín Márquez lo detalla muy bien en un post viejuno. La consecuencia de esto es que las etiquetas de la ropa se acaban parodiando a sí mismas:


No le pegues a los pandas.


Estas camisetas se han probado en animales. No les quedaban bien.


Lávate siempre el trasero.


Dásela a tu mujer, que es su trabajo.


Lávala cuando esté sucia.

Si las sillas fueran como Facebook

Cuando vi esta cínica ilustración sobre sillas, no quise dejar pasar la oportunidad, como el que se fue a Sevilla, de traérmela para acá. Y así de paso, aprovechar para recomendar, si es que aún no las conocen, las ilustraciones de Eduardo Salles en El espíritu de los cínicos:


Identificamos sillas de Robin Day (2005-2006), Stam (2007), van der Rohe (2008), Panton (2009), Aarnio (2010) y la silla eléctrica (2012).

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Concepto: el Efecto Mateo

Con nuestra serie “concepto” queremos invitarles a diagnosticar en un par de palabras algunos eventos sociológicos comunes. Ayuda a salir de la mediocridad. Cuando al final de un episodio en una serie les dejen con un Continuará… exclamen que es un recurso que se nutre del efecto Zeigarnik. O cuando apabullados por multitud de opciones no sepan que elegir, digan que tienen parálisis por decisión.

El efecto Mateo, al que también pueden llamar Matthew effect, vendría a substituir la frase “el rico se hace más rico y el pobre más pobre”, aunque no solo económicamente, sino como ventaja acumulativa en general. Veamos por ejemplo en los deportes:

A principios de cada año, los equipos All-Star del hockey hielo canadiense seleccionan a las jóvenes promesas de entre los niños de nueve años. Los nacidos en enero parten con una considerable ventaja. Cuando se seleccionan, están a punto de cumplir la década y, a esas edades, su desarrollo supera al de aquellos nacidos en diciembre. Como consecuencia, consiguen cierta preferencia y acaban recibiendo programas especiales de entrenamiento para desarrollar sus talentos. Es un hecho que los mejores jugadores del hockey hielo en Canadá hayan nacido en enero, febrero y marzo.

El efecto Mateo, acuñado por el sociólogo Robert K. Merton en 1968, toma su nombre de una cita del Nuevo Testamento. Concretamente de la parábola de los talentos, Ezequiel 25:17 Mateo 25:29:

Porque a todo el que tiene le será dado, y tendrá abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

Una ventaja acumulada que se dice que aprovechan los científicos que gozan de más popularidad para recibir el crédito de muchas de las investigaciones. Con el reciente descubrimiento de la partícula divina, ¿se podría aplicar al campo de Higgs en detrimento de Brout, Englert, Guralnik, Hagen y Kibble?

Así pues, el efecto Mateo, al que también pueden llamar Matthäus-Effekt, incide claramente sobre las posibilidades de éxito. Es una característica de las redes en general. Los nodos mejor conectados siempre atraerán más y aquellos pobremente conectados tenderán a permanecer desproporcionadamente pobres. Lo pueden experimentar con el crecimiento de las redes sociales y Google, que siempre ha operado bajo este principio, trata de combatir este efecto en sus últimas actualizaciones.

El efecto Mateo nos muestra que vivimos más en un concurso de popularidad que en una meritocracia.

Conceptos anteriores:

10 aplicaciones web minimalistas

Esta no es una entrada más con una selección de webs con un cuidado diseño minimalista. Más allá de un bonito y reducido espacio estético, estos sitios webs no hacen nada más que algo muy concreto. Sólo satisfacen una función y, a parte de algo de publicidad, no añaden ningún elemento extra para cumplir su objetivo. A continuación, 10 aplicaciones web minimalistas, que no necesariamente útiles. Las que encima lo sean, pues se merecen un “favoritos”, Delicious o donde quieras guardarlas:

  1. Goingtorain.com. No hay informe meteorológico más simple. Reducido a lo más importante, ¿va a llover?
  2. Printablechecklist.org. Tan sólo permite generar una lista de tareas con sus respectivas casillas de verificación (una llana to-do list). Cuando estemos listos con la lista, imprimimos desde el navegador.
  3. Nowdothis.com. El autor se refiere a esta herramienta más como un jefe que como una to-do list. Sin embargo, no es más que esto último, pero que va pasando las tareas conforme las vas completando.
  4. Jacksonpollock.org. Expresionismo abstracto a clic de ratón. Mejor no pruebes este lienzo en Internet Explorer.
  5. Dummyimage.com. Crea contenedores para imagenes (normalmente útiles para uso en wireframes o prototipos HTML) con tan sólo añadir el tamaño de esta forma: http://dummyimage.com/640×480.

    A Dummy Image
  6. Isitsaturday.net. ¿Es sábado? Y de los mismos creadores, ¿es domingo?. La misma genial idea está disponible para los jueves y los viernes. Sin embargo, parece que el resto de días de la semana carecen de este interés.
  7. Quietwrite.com. Un procesador de texto online donde se ha eliminado prácticamente todo para que tan sólo podamos concentrarnos en escribir. Muy al estilo del “Zen Mode” o pantalla completa en la edición de entradas de las nuevas versiones de WordPress.
  8. E.ggtimer.com. No podía faltar en esta lista un temporizador. Especifica el tiempo añadiéndolo al final de la URL (por ejemplo: http://e.ggtimer.com/3hours14minutes15seconds). Del mismo estilo tenemos a CD y, más visual, Timer Tab, que reúne despertador, temporazidor y cronómetro.
  9. Donothingfor2minutes.com. Esta web nos invita a estar un par de minutos sin hacer nada. Meditando si queremos mientras escuchamos las olas que se reproducen. Si lo conseguimos, nos premian con más indolentes paraderos.
  10. The Ultimate Productivity Blog. Por último, incluiremos un blog en esta lista. Uno muy minimalista que trata de, como el nombre indica, la mejor manera de mejorar tu productividad.

El principio del fin de Facebook

Douglas Rushkoff (wikipedia | web oficial | twitter) es otro de esos profesores prodigio de la NYU que escribe y teoriza sobre la influencia de los nuevos medios en personas e instituciones. Recientemente ha expresado que los días de Facebook están contados [en].


Con cerveza de por medio es más fácil socializar. Publicidad de Heineken.

Tras la inversión millonaria en Facebook por parte de Goldman Sachs, convirtiendo una startup de 6 años en una empresa valorada en 50 mil millones de dólares, Douglas anota que, este hecho, es una señal de que Facebook ha llegado a su cenit. Normalmente no hago mucho caso de artículos que declaran la muerte de algo que rebosa de vida —porque tienden a ser sensacionalistas, pero éste dice cosas interesantes:

Sin embargo, las redes sociales son en sí mismas tan pasajeras como cualquier encuentro social, discoteca o fiesta. Es la gente la que importa, no el lugar. Así que cuando los líderes que marcan la tendencia de un nicho social deciden que el lugar en el que todos socializan ha perdido su brillo o, lo que es más importante, su exclusividad, pasan al siguiente, llevándose a sus seguidores con ellos. (El sucesor de Facebook no dudará en facilitar una “utilidad de migración” con la que importar a todos los llamados amigos, si así lo deseamos.)

Seguiremos adelante […] sin siquiera mirar atrás. Cuando el lugar es tan etéreo como un sitio web, nuestra lealtad es mucho más abstracta que la que mostramos hacia un bar local o un gimnasio. No vivimos ahí, no conocemos al dueño, y estamos más predispuestos a indignarnos por el último cambio en la política de privacidad o al enterarnos que cada uno de nuestros contactos se ha vendido al mejor postor corporativo.

Así que no es que MySpace perdiera y ganara Facebook. Es que MySpace ganó primero, y Facebook ganó después. Caerán en el mismo orden.

Vía 52 Weeks of UX.

Concepto: la Paradoja de los grupos

La paradoja de los grupos es un concepto que podríamos sintetizar en una sencilla oración: “No me uniré hasta que otros lo hagan“. Es una fuerza de cohesión que actúa para que un grupo de personas acabe coordinándose y obteniendo resultados. Clay Shirky (wikipedia [en] | web oficial | twitter), profesor de la NYU y profundo pensador de los efectos socioeconómicos de la tecnología de la información, reconoció el término en una charla en el ETech 2003, titulada “Un grupo es su peor enemigo”. Se sirvió de este ejemplo para abstraer el concepto:

Estás en una fiesta en una casa aburrido y piensas: “Esto ya no es para mí. Preferiría irme a cualquier otro sitio. Preferiría estar en casa durmiendo. La gente con la que quiero hablar ya no está aquí”. Lo que sea. La fiesta ya no tiene un mínimo de interés. Entonces sucede algo sorprendente: no te vas, a pesar de haber tomado la decisión de que esto no te gusta. Si estuvieras en una librería y te dijeras que ya has acabado, te irías. Si estuvieras en una cafetería y te dijeras “me aburro”, te irías, pero te encuentras sentado en una fiesta en la que has decidido que no te gusta y donde no quieres estar, y no te marchas.

A continuación ocurre de nuevo algo sorprendente. Veinte minutos más tarde, alguien se levanta y coge su abrigo. ¿Qué sucede entonces? De repente todo el mundo empieza a coger sus abrigos, todos a la misma vez. Esto significa que ya todos habían decidido que la fiesta no era para ellos, pero nadie había hecho nada el respecto hasta que finalmente este hecho actúa como disparador y todo el mundo manifiesta que es adecuado irse.

Así es como, en este caso, se alcanza el complejo instante en el que un grupo acaba uniéndose, donde las personas suficientes, por alguna razón, se ponen de acuerdo en que algo vale la pena que suceda y la decisión que toman en ese momento es: esto es bueno y debe ser protegido. Y en ese instante, aunque sea de manera inconsciente, se empiezan a recibir los efectos del grupo. Efectos que surgen una y otra vez en las comunidades online. Este efecto es tan constante que se conoce como la paradoja de los grupos. No hay grupos sin miembros, pero tampoco hay miembros sin un grupo. ¿De qué serían miembros sino?

La cantina de la Estrella de la muerte

Tan sólo una coña más y nos ponemos serios de nuevo (¿dónde está el Gurú cuando se le necesita?). Además, es bastante viejuno y, aunque parece que no aporta nada nuevo (¿otro cruce de Lego y Star Wars?), es en realidad una escenificación de uno de los monólogos de Eddie Izzard (wikipedia [en] | web oficial | twitter).

Eddie Izzard es un actor y humorista británico al que le gusta travestirse en sus actuaciones. De esta guisa tiene un monólogo en el que habla sobre la trilogía de Star Wars y, suponiendo que, al igual que en toda empresa de grandes dimensiones, también debe haber una cafetería o cantina donde los operarios de la Estrella de la muerte van a pasar sus ratos “muertos”, recrea una conversación entre Darth Vader y uno de los trabajadores. El diálogo es hilarante de por sí, pero alcanzó el súmmum cuando un tal Thorn2200, que dicen que contaba con 15 años por entonces, lo adaptó en una animación stop motion con Lego. Está en inglés, pero hasta yo lo he entendido (actualización: subtitulado en español):


– Te puedo matar con sólo pensarlo.
– Bueno, pero necesitarás una bandeja de todas formas…

Concepto: Externalidades

Carga un impuesto de 33 céntimos por cada bolsa de plástico y de repente nadie vuelve a usar estas bolsas. En pocas semanas su uso cae un 94% y tras un año, no sólo nadie las usa, sino que se convierten en algo socialmente inaceptable. Esta es la razón por la que todo el mundo usa bolsas reutilizables de tela en los supermercados de Dublín [en] y esto es lo que un economista convendría en llamar “minimizar una externalidad del mercado“.

En teoría económica se definen las externalidades como los costes y beneficios de una actividad económica que no quedan reflejados en los precios de mercado. Lo podemos entender mejor con el típico ejemplo de la contaminación del aire causada por la actividad de una empresa. Ésto ocasionará un coste en los residentes de la zona, pero como el aire limpio y fresco no figura en los costes de producción que ha calculado la empresa, ésta no tendrá ningún interés en reducir su actividad contaminante. Es decir, podemos ver una externalidad en este caso como el coste que un tercero debe pagar debido a las acciones de otros.

Una externalidad bien conocida es la piratería. Digamos que surge de una confusión entre propiedad intelectual y sus externalidades (materiales). Así, el “propietario” de la receta de “Pan de plátano y manzana con nueces” tiene la propiedad intelectual de su idea (e incluso un derecho a reconocimiento aunque no esté protegida legalmente), pero no puede reclamar la soberanía de los ingredientes que pertenecen a cualquier ama de casa. No existe por tanto ningún conflicto entre su propiedad intelectual y el uso que hagan las madres de su receta de “Pan de plátano y manzana con nueces”.

Hay quienes piensan que la propiedad intelectual no es una propiedad debido a su falta de escasez. Las ideas no son bienes escasos y el que alguien se sirva de la receta de “Pan de plátano y manzana con pasas” no impide que otros hagan lo mismo. Sin embargo, en el momento en el que una idea se descubre o reconoce por primera vez, es escasa. Es tan escasa que es única y es la razón por la que es una externalidad.

Al final, lo que realmente cuenta en el mercado son las externalidades que se derivan de la propiedad intelectual y puesto que el problema fundamental de la economía es la escasez, de aquí que Chris Anderson defina las externalidades [en] como un “concepto que sostiene que el dinero no es el único bien escaso en el mundo”:

Destacan entre otros tu tiempo y la consideración que te tienen, dos factores de los que siempre hemos oído hablar pero que hasta hace poco no hemos podido medir de manera apropiada. La “economía de la atención” y la “economía de la reputación” son términos demasiado vagos como para merecer un departamento académico, pero hay algo auténtico en el corazón de ambos. Gracias a Google, ahora tenemos una forma práctica de convertir la reputación (PageRank™) en atención (tráfico) y en dinero (anuncios) […] Es de suponer que en todo momento, en este mundo, hay una cantidad limitada de reputación y atención. Esos son los nuevos bienes escasos.

Siempre hay externalidades, efectos y consecuencias de un desarrollo o una producción que no podemos prever. Sin embargo hay externalidades que si podemos salvar o favorecer, como la accesibilidad de una web, por ejemplo.

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Relájate. Sé humano

El diseño de interacción es todo sobre la comunicación con el usuario. Es cómo una empresa -detrás de un servicio web – puede crear una relación de tú a tú con sus clientes o usuarios. Es cómo a través del lenguaje y del tono de voz se dirigirán a cada uno.

Me estoy refiriendo a ese mensaje que hace que en algún momento seamos conscientes de que no estamos utilizando un software meramente, sino que hay alguien humano detrás. Ese “Hooray, no spam here!“.

Esta informalidad crea conexión y de ella se sirven actualmente las empresas para conectar con la gente y humanizar la tecnología, tratando de ser amigables mediante el lenguaje usado. Aunque hay que andarse con cuidado de no ser demasiado coloquial, lo que a veces puede llevar a la confusión y al “hacer pensar“. En este ejemplo de un cajero pecan de demasiado amigables:

Cajero con lenguaje demasiado coloquial
¿Te gustaría seguir la marcha? Claro! No, gracias. Es tan coloquial que te hace pensar que tienes que hacer. Claro. No, gracias. Sí, no. Continuar, cancelar.

Pues este ejemplo y otros de cómo pueden mostrar a la gente que las empresas son gente también, es en lo que se centra la presentación “Designing Humanity” (Diseñando Humanidad) [en] de Bill DeRouchey. En ella se discuten los efectos del lenguaje y el tono de voz en la web y su impacto en cómo y qué dicen las empresas en sus relaciones online con los consumidores. Bill DeRouchey, se esfuerza en hacer amenas sus presentaciones, a pesar de la poca gracia que destila el pobre. Sin embargo siempre tiene buenos ejemplos que mostrar, como por ejemplo el de Woot, en donde van un paso más allá en la comunicación con sus usuarios:

Formulario de registro de Woot
No te preocupes, esto no dolerá mucho…

El caso es que recordé esta presentación cuando hace escasos días nos topamos con este formulario de registro:

Formulario de registro en Lockerz
¿Combination? ¿Por qué romper con el estándar del password cuando ha costado tanto hacerlo comprender? Es tan paradójica la situación que en la pista sobre el campo (hint) acaban diciendo que es precisamente tu contraseña. Cuanto Cuando menos, ganas de confundir.

Pertenece al registro de Lockerz, un sitio web que tiene el objetivo de conectar a la gente a través del consumismo. Si son ustedes capaces de controlarse, parece un lugar atractivo y con potencial, que ahora mismo sólo está disponible por invitación. Tiene la particularidad de que permite acumular unos créditos llamados Pointz que luego podrán ser canjeados por regalos de todo tipo (desde ropa y accesorios hasta electrónica de consumo, juegos y descargas). Si alguien se quiere animar a probarlo tan sólo debe pedirnos una invitación. ¡No nos quedan muchas ya!

Relájate. Sé humano