El Principio KISS

Principio Kiss

Si miran ustedes arriba a la izquierda, se percatarán que a la derecha siempre ha estado presente una pegatina azul con el término KISS. Sin embargo, nunca hemos comentado aquí nada al respecto. Esas siglas corresponden a Keep It Simple, Something-else-here-starting-with-S (en inglés “Mantenlo simple” y algún adjetivo más que empiece con S y del que no hay un consenso general, aunque lo más aceptado es Keep It Simple, Stupid).

El Principio KISS declara que uno de los objetivos clave en el diseño debería ser la simplicidad, a la vez que evitamos una complejidad innecesaria. Antoine de Saint Exupéry, autor del Principito, tiene una popular cita que refleja este principio:

La perfección se alcanza, no cuando no hay nada más que añadir, sino cuando ya no queda nada más que quitar.

“Mantenlo Simple, Soplapollas” no es más que un concepto similar al de “menos es más” o al Principio de Parsimonia (comúnmente conocido como la Navaja de Occam), que defiende que (probablemente y en igualdad de condiciones) la solución más simple suele ser la mejor.

Creo que habría que predicar con el ejemplo y aplicar el Principio KISS al mismo Principio KISS, con lo que resultaría KIS. Mantenlo Simple.

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Papel (electrónico) mojado

Hace treinta años el gran enemigo del capitalismo eran los comunistas. Ahora son los intangibles.

Así de claro lo deja el siempre genial Hernán Casciari aludiendo a la música o el cine y prediciendo un posible mismo futuro para los libros:

El hábito digital hace que cada vez nos resulte más complicado leer a la antigua usanza. Sobre todo, cuando el material de lectura tiene ramificaciones. Nos hemos acostumbrado al salto, al hipertexto, al procrastineo, a manejar tres o cinco ideas al mismo tiempo. Regresar al libro plano, unidireccional, es como volver a encender el fuego con una piedra y un palito.

Al final, el artículo de Casciari no es más que un elogio al placer de leer un libro. El leer en silencio, el pasar las hojas, el perderse en una librería… Yo comparto parte de ese compromiso con el papel, pero me parece ingenuo cuando alguien dice que puede bajar música y películas de Internet, pero que los libros son otra cosa. Lo mismo dirían de los vinilos sus coleccionistas y míralos, dando sus últimos coletazos.

Llevo esperando más de 5 años la aparición de la tinta electrónica, esa que hace que el ojo humano no distinga entre leer en papel y leer en pantalla, y parece que los dispositivos que la soportan están empezando a dar mucho que hablar. Una vez leí que tu casa está donde están tus libros, pero amante como soy de tener menos, para disfrutar más, y de salir por patas con la casa a cuestas en cualquier momento, estoy loco por conseguir uno de éstos. ¿Cuál sería el más aconsejable? ¿El Papyre, el Kindle, el Sony© Reader o el iLiad? Este último, a pesar de ser el más caro (ronda los 650 €), me puso palote con el siguiente vídeo:

Ni el cine mató al teatro, ni la fotografía a la pintura, ni el Kindle será homicida de los libros, pero su uso habitual cambiará. Seguro que estamos en uno de los momentos de la humanidad donde hay más gente leyendo y, aunque la sensación de leer un libro en papel no se compare con la de leer en pantalla o papel electrónico, diariamente me relaciono con mis amigos por mensajería instantánea y/o correo electrónico, pero evidentemente no se puede comparar con el estar una velada juntos, contarnos las batallitas y tomarnos unas bebidas isotónicas. No por ello el Messenger mató las charlas en las casapuertas…

De todos modos, por mucho placer que de el mojarse el dedo y pasar la página, El Manuscrito Carmesí de Antonio Gala es infumable y predecir la muerte del papel se me antoja facilón. Así que prefiero anteceder la muerte del papel higiénico. ¡Por un papel electrónico higiénico!

El modelo mental

Ya hemos hablado anteriormente de la affordance o la consistencia como conceptos clave en el diseño y la usabilidad. Hoy es el turno del modelo mental.

Un modelo mental es un concepto prestado de la psicología para sacar a la luz un mecanismo que la mente usa para explicar como funciona el mundo real. El concepto es muy simple: las personas nos hacemos una idea de como funcionan las cosas, nos montamos nuestra propia película y creamos nuestros propios modelos a pequeña escala de los objetos con los que interactuamos. Ésta última idea la popularizó Donald Norman en su conocido libro “Psicología de los objetos cotidianos”, del que ya algo hemos hablado por aquí. A pesar de que sigo creyendo que todo esto no es más que una reinterpretación de las ideas de Platón, la noción de modelo mental como una serie de creencias sobre como funciona un sistema es algo que repercute mucho en la usabilidad de éste, puesto que las personas interactuamos con estos sistemas basándonos en nuestras creencias sobre los mismos.

Modelo mental de una tostadora
Modelo mental de una tostadora

Ahora cobran más sentido frases del Gurú como “Para el usuario, la interfaz es el sistema” o
El primer nivel del usuario no es el primer nivel del sistema.

Lo interesante es que los modelos mentales sirven para predecir el futuro. Ríanse de las bolas de cristal y de las ecuaciones diferenciales. Si nuestro actual modelo mental es adecuado, seguramente podremos predecir como se comportará un sistema cuando interactuemos con él. Si a alguien que sabe como usar una máquina de escribir, pero nunca ha trabajado con un ordenador, lo plantamos delante de una pantalla con el Word™ y un teclado, algo productivo hará. A lo mejor se hace un lío con el salto de línea, pero al menos una frase llegará a escribir casi instintivamente.

La relación está clara. Si conocemos el modelo mental actual de las personas que usarán un determinado objeto, podremos hacerlo más fácil de usar. Sin embargo, esto ya se antoja más complicadillo, puesto que las propiedades de un modelo mental se las traen (imaginad los modelos mentales que tienen de un avión un piloto y un pasajero):

  • Incompleto
  • Inestable
  • Incluye supersticiones
  • Incluye creencias erróneas
  • Contradictorio
  • Variable en el tiempo

El trabajo de los diseñadores consistirá en ayudar a los usuarios a formar un acertado y útil modelo mental del sistema. Las metáforas pueden ayudar en esta labor, así como la consistencia y las convenciones de diseño. Éstas últimas son esenciales de una página web a otra (formularios, enlaces, botones, etc.), porque ayudan a acumular un modelo mental genérico de como deben funcionar las páginas web, en base a las experiencias en las otras páginas.

La meta es alcanzar un modelo mental cada vez más amplio, más completo, más exacto… Justamente lo que hizo Neo en Matrix (aunque eso se llama modelo conceptual y es una historia que debe ser contada en otra ocasión).

Predicción: la muerte del buzón de voz

Cada vez que llamo por teléfono a alguien y salta el buzón de voz, cuelgo la llamada. Nunca dejo un mensaje. Por dos sencillas razones:

  • Es estresante, me pone nervioso, es como un casting. Me siento peor que al hablar con esas máquinas que reconocen la voz en los servicios de atención al cliente.
  • Nunca escucho el buzón de voz de mi propio teléfono, incluso cuando sé que alguien me ha dejado un mensaje. ¿Por qué? Por dos sencillas razones:
    • Comportamiento social. Si ha sido por algo urgente, ya no lo es y, si intentan localizarme, llamarán de nuevo.
    • No recuerdo como escucharlo. No sé la combinación de teclas o donde hay que llamar para ello, ni me esfuerzo en saberlo. ¿Por qué? Por dos sencillas razones:
      • Las compañías ya han instaurado un servicio de llamadas perdidas que sustituye al propio buzón de voz.
      • Para batir mi propio récord de razones anidadas.

Poco queda por decir cuando hasta el propio Enrique Dans ya ha dado por muerto al buzón de voz. El máximo problema radica ahora en que este servicio nos lo dan habitualmente activado por defecto (como jugarreta para cobrar todas aquellas llamadas inútiles que se hacen cuando salta el contestador) y las opciones de desactivación del buzón se antojan jeroglíficas. Así que, enterramos el buzón de voz junto al fax en una más de nuestras predicciones.

Teléfono móvil con auricular retro

El viaje a ninguna parte

Jakob y Verena llevaban juntos 8 años cuando los conocimos de vacaciones en Cádiz. Cada vez que nos encontrábamos, ella cargaba con bolsas de las tiendas de zapatos más caras. Mi mujer se ponía verde de envidia y yo miraba a Jakob con cara de “pisha, lo que diga tu mujé, no?“. Una tarde, después de unos ajenjos con Proseco, confesaron, entre tímidas risas, que él no “funcionaba” si ella no lucía zapatos de tacón nuevos. Únicamente. Cada fin de semana estrenaban nuevos zapatos de ella por todo lo grande, sólo que en vacaciones, con tanto tiempo libre, el ritual se repetía casi cada día.

Casualmente, en el Baluarte de la Candelaria estrenaban durante esa semana una original exposición de zapatos. No me pude quitar a Verena de la cabeza.

Exposición de zapatos
Exposición de zapatos
Exposición de zapatos (Meccano)
Este podría formar parte de la exposición de Meccano que me encontré en Madrid.

Exposicion de zapatos
Exposición de zapatos (Navaja Suiza)
Exposicion de zapatos (Bosque)
Exposicion de zapatos (Tuning)

Negro

El color negro, a pesar de las connotaciones negativas que pueda tener en la cultura occidental, se considera, especialmente en moda, un color elegante, atractivo y poderoso. Para los japoneses, el negro (kuro) es además un símbolo de nobleza, antigüedad y experiencia (no es casualidad que el cinturón negro en artes marciales sea el de mayor grado).

La semana pasada, mientras esperaba mi turno en la consulta del psicólogo, llegó a mis manos una revista con un artículo sobre la tendencia del negro en Japón en productos de consumo. No es de extrañar que fuese del año pasado y, con la ayuda de Google, pude encontrar unos pocos productos que se nos antojan extraños en color negro [en].

En un blog sobre Japón [fr] encontré esta bebida de leche de soja y sésamo, una especie de Café Latte del Starbucks en negro:

Café Latte negro con leche de soja y sésamo

De todas formas, me apetece comentar estos productos:

El papel higiénico negro. Popularizado por la marca portuguesa Renova como lo más elegante y sofisticado que se puede encontrar en el baño, este “siempre limpio” papel hará las delicias de los blancos culos de los góticos. Me imagino a los sigilosos ninjas tratando de encontrar un lugar adecuado en el bosque con este papel bajo el brazo. Voy a dejarlo aquí, que el temita da juego. Tanto que Renova no ha parado y ofrece servilletas negras, rollos de cocina negros y, algo con lo que ya se sonaban los mocos los japoneses, los pañuelos de papel negros [en].

Pañuelos de papel y papel higiénico negros

Bastoncitos negros para los oídos. Aunque lo pueda parecer esto no es ninguna extravagancia, pues permiten distinguir mucho más fácil la cera de los oídos, mucho mejor que si los bastoncitos fueran de color blancos.

Bastoncillos negros para los oídos

Para acabar con el aseo personal, el kit de pasta dentífrica negra [jp] y cepillo de dientes con cerdas negras [jp] (con perdón), para pasar un rato entretenido delante del espejo. La misma marca que comercializa la pasta de dientes, también parece disponer de champú negro y otros productos en su gama Pure Black.

Pasta dentrífica negra y cepillo de dientes negro

StarFlyer Inc. [jp] Una aerolínea japonesa de bajo coste, pero de alta calidad. Los asientos son negros y el diseño de los uniformes y el avión es blanco y negro. ¿Un avión funerario?

Aerolínea japonesa negra

Sal negra [jp]. Resultado de rellenar cañas de bambú con sal para posteriormente asar el bambú sobre carbón. Aseguran que realza el sabor del pescado y las ensaladas, pero no sé hasta que punto es saludable. Ideal en Reyes para los niños que no se han portado bien, pero tampoco muy mal durante el año. Para aquellos a los que ponerle carbón sería muy exagerado, con un puñadito de sal negra basta. ¡Y cuidado con no derramarla! Mala suerte para el resto de tu vida.

Sal de color negro

Resultado de hervir huevos en las aguas de las fuentes termales del pueblo de Owakudani [en], se obtiene una reacción química que vuelve a los huevos negros. Los del departamento de marketing de Owakudani afirman que cada huevo de estos añade 7 años a tu vida. Al menos hay que tener huevos para comérselos.

Huevos negros de Owakudani

Si me he dejado alguna parida, ¡qué se abra la veda de los comentarios!