¿Con la comida no se juega?

El próximo mes de Octubre se celebra The Sydney International Food Festival, que ha conseguido gran popularidad gracias a todas esas banderas que diseñaron a base de alimentos:

Bandera de España con alimentos - Sydney Food Festival
Chorizo y paella para la bandera española

Bandera de Italia con alimentos - Sydney Food Festival
Albahaca, espaguetis y tomates para la italiana, que pinta muy saludable

Bandera de Japón con alimentos - Sydney Food Festival
La japonesa siempre encantadoramente minimalista con el sashimi de atún

Bandera de Australia con alimentos - Sydney Food Festival
Puede que esta sea la menos conseguida (por la falta de azul), a no ser que sea la naval de Australia, claro.

Me he entretenido adivinando el resto de banderas (después del salto), pero antes de jurarlas y ya que estamos en el tema, un par de imágenes más relacionadas:

Arte moderno con alimentos

Cadena de restaurantes árabes
Seguir leyendo…

Calles más habitables y sostenibles

Las calles deben ser algo más que un lugar para desplazarse y estacionar vehículos privados. La Livable Streets Initiative [en] es un proyecto para crear ciudades sostenibles a través de una planificación urbana más sensible.

En Good Magazine han ayudado a visionar las calles como grandes espacios públicos y no soluciones aportadas por ingenieros de tráfico al problema de los automóviles:

La calle del futuro

Esencialmente es una propuesta orientada al peatón y su protección y conforte. Una tendencia en alza, esta la de la “peatonalización“, que alcanza su adaptación de quita y pon en los mercados locales agrícolas.

Cada vez más a menudo me paso la mañana de los sábados en el mercado que emerge detrás de mi casa al llegar el fin de semana. Este tipo de ferias viste la calle con tenderetes, carpas y jaimas que permiten a los agricultores vender directamente a los residentes urbanos.

Hace un siglo, no pasaríamos la mañana en estos mercados porque probablemente viviríamos en el campo, pero actualmente, con la mayor parte del mundo viviendo en ciudades, es necesario un cambio masivo en nuestros sistemas de suministro de alimentos. Con una mayor demanda de alimentos más frescos y “biológicos”, otro artículo de la revista Good nos muestra como el diseño puede ayudar a los mercados locales a cubrir esta demanda [en].

Es curioso el caso de The Science Barge, un proyecto cuyo objetivo es acercar los cultivos a la población urbana. Con sus características carpas transparentes y placas solares, esta es la pinta de una granja sostenible flotante en Nueva York:

La granja flotante - The Science Barge @ New York

Descubierto en Teleobjetivo, gracias a Ricardo.

Intervenciones en objetos cotidianos

Intervenciones en objetos de la vida cotidiana (como me mola decir objetos de la vida cotidiana), basados en situaciones familiares. Eso es lo que voy a exponer hoy. Sencillamente relaciones entre usos de objetos comunes en la vida diaria y creaciones basadas en este uso. Tengo 5 ejemplos preparados que darán a entender mejor el concepto:

  1. ¿Quién no se ha colgado una servilleta del cuello de la camisa alguna vez? Esta acción ha sido tuneada por Héctor Serrano en “vestido para la cena”.

    Servilleta "Dress for dinner" de  Héctor Serrano
    Visto en Inspire me, now!

  2. Hay botellas en las que las velas lucen muy bien y dan un toque más bohemio y romántico. Aunque la mayoría de las veces las hayamos usado por falta de candelabro, ya se han aprovechado de este uso:

    Velas para botellas de vino "Cork Candles"
    Visto en Monkeyzen.

  3. La basura o la papelera están a rebozar. ¿Qué hacemos? Ponerle la pierna encima y comprimir al máximo los papeles. Pues ya está aquí la papelera Amstrong (en relación con la pisada del primer hombre en la Luna):

    Papelera Amstrong comprimible
    Visto en paraNOIDS.

  4. ¿Quién no ha tenido que apuntar algo o escribir un teléfono en una sevilleta? Colin O’Dowd nos milimetra las servilletas:

    Servilleta milimetrada de Colin O'Dowd
    Visto en Compradicción.

  5. ¿Quien no se ha reclinado hacia atrás en una silla? ¿Y quién no se ha caído de espaldas? Para evitar este percance al hacer este uso habitual de las sillas, Deger Cengiz ha creado este engendro:

    Attitude Chair de Deger Cengiz, la silla de 6 patas para reclinarse
    Visto también en Compradicción.

¿Qué otras intervenciones os vienen a la mente?

El ordenador corporal

Después de mi affair con la Realidad Aumentada, me dejé tentar por otro de los temas que más me llamaron la atención de las magistrales clases de Misterpaquet: el ordenador corporal (wearable computer en inglés), también conocido como computador vestible.

FAIL de ordenador corporal
Esta no es precisamente la idea que hay tras el ordenador corporal

En la búsqueda por las interfaces definitivas y la ubicuidad de los ordenadores, nos encontramos con el ordenador que podemos vestir. Es un concepto que va más allá de la movilidad, puesto que el paradigma de interacción no cambia con los móviles de última generación. En un ordenador corporal llevamos encima el ordenador, pero interactuamos con éste según el contexto. De la misma manera que llevamos un reloj, unas gafas o un vestido, y permitiendo que podamos concentrar toda nuestra atención en la tarea que estamos realizando en vez de en la utilización del propio sistema.

Pantalones con teclado incorporado
Esta no es precisamente la manera de interactuar de un ordenador corporal

La clave está en que el ordenador corporal se integre con la vestimenta y sus complementos. Hacerlo invisible a la vista. Pantallas en la cabeza incorporadas en gafas, sensores y dispositivos de entrada no obstrusivos en pendientes, collares o zapatos, etc. Esto abre una gran abanico de oportunidades para el campo del diseño de moda y la ropa inteligente. Siempre podremos vestir retro mientras la tecnología envuelva las fibras de la ropa.

Reloj calculadora de Casio
¿Quién no ha experimentado con los ordenadores corporales en su juventud?

En el MIT Media Lab llevan investigando durante años con la tecnología que hace posibles los ordenadores ponibles. Trabajando sobre una primera aproximación con la que integrar los dispositivos en un chaleco, no se les ocurrió manera mas friki de llamar al proyecto que MIThril.

Actualmente, han desarrollado un ordenador corporal que convierte cualquier superficie en una pantalla interactiva [en]. Con ello recrean el concepto de un “sexto sentido” para los humanos. Usamos nuestros cinco sentidos para obtener información del entorno. Sin embargo, mucha de la información que nos ayuda a entender y responder al mundo no proviene de nuestros sentidos, sino de los ordenadores e Internet. Con esta interfaz se pretende que nos alimentemos de esa información de una forma orgánica, como con nuestros sentidos:

Las posibilidades y aplicaciones de los ordenadores corporales son infinitas menos uno. Sistemas corporales para el consumidor, en medicina, educación, salud, en el ejército, etc. Imaginémoslo como una extensión a nuestro cuerpo, con la que podremos realizar tareas extraordinarias. Casi superpoderes. Nos permitirán estar en más de un sitio a la vez o tener “super memoria” con el concepto de memoria aumentada [en]. Al entrar en una habitación, por ejemplo, el ordenador corporal reconocería a las personas allí presentes y nos recordaría nombres e historial o se nos susurraría al oído que se acerca la hora de alguna tarea programada o una importante reunión.

Es un paso evolutivo antes de que seamos ciborgs.

Frase del Gurú: la información quiere ser libre

La información quiere ser libre. La información también quiere ser cara. […] Esa tensión no desaparecerá.

Lo dijo Steward Brand en una charla en la primera Hackers’ Conference de 1984. Más tarde se convirtió en su libro, The Media Lab: Inventing the Future at MIT, publicado en 1987.

La información quiere ser libre porque se ha vuelto tan fácil de distribuir, copiar y recombinar que es demasiado barata como para contar. Quiere ser cara porque puede ser de inmensurable valor para el receptor. Esta tensión no desaparecerá. Esto conduce al interminable y desgarrador debate sobre los precios, los derechos de autor, la “propiedad intelectual” y la rectitud moral de la distribución informal ya que cada ronda de nuevos dispositivos hace que la tensión sea peor, no mejor.

Billy y el servicio de montaje de Ikea

No sé porque extraña razón siempre había creído que ir a Ikea era divertido, que siempre era pasar un buen rato probando camas y hartándose de gaseosa. No sé si conservaba esa sensación porque nunca había tenido que hacer un uso intensivo de la regla de papel o porque asociaba la palabra “montar” con el Meccano. Sin embargo, esa impresión, se desvaneció para siempre cuando decidí montar una cocina.

Nunca, repito, nunca intentéis montar una cocina de Ikea sin experiencia previa. Ikea no es divertido, los muebles vienen desmontados, en 2D. Tienes que darles vida 3D con una ridícula llave Allen. No te avisan que tienes que hacer agujeros inmensos en encimeras o en el metal del fregadero. ¿Para qué me lo van a traer a casa si mi primo me ayuda con la furgoneta? ¿Para qué van a venirme a montar, con lo caro que es, si yo con las instrucciones me apaño?

¿Para qué? Dios santo, para no tener que volver 7 veces más a Ikea por falta de tornillos, para no tener que salvar un matrimonio, pedir una semana de vacaciones y para dejar de darle el coñazo a tu primo. Ikea es divertido hasta que tienes que montar una cocina… Entonces te acuerdas de Billy, Forsby y Poäng y de la madre que los parió:

The IKEA assembly service for Billy

The IKEA assembly service for Forsby

The IKEA assembly service for Pöang

The IKEA assembly service, visto en ibelieveinadv.

La Metamorfosis de la Palomita

Fray Luis de León, uno de los poetas más importantes del Renacimiento español, fue apresado durante varios años por un crimen que posiblemente nunca cometió. En los 80 hubiera formado parte del Equipo A, pero en tiempos de la Inquisición lo encerraron por haber traducido partes de la Biblia sin tener licencia, algo así como bajarse archivos en la actualidad. Cuando volvió tras 5 años de ausencia a dar clases en la Universidad de Salamanca, reanudó la cátedra con la célebre frase: “Como decíamos ayer…

Pues como decíamos ayer, entre batallita y batallita del eRepublik, recibí un e-mail de mi amiga Adelaida invitándome a la clausura de su proyecto “La Metamorfosis de la Palomita“. Tras tan singular nombre se esconden una serie de vídeos donde “la provocación irónica y un poco de mala leche son el hilo argumental para remover las aguas internas -si las hubiera- del espectador”. Estos caraduras del colectivo Controlzeta, en colaboración con la productora Miniature, intervienen artísticamente en espacios públicos de Barcelona y lo mismo tratan de poner en venta la playa de la Barceloneta, que tienden la colada en medio de las Ramblas y, por el camino, salen desnudos a pasear el perro, reparten flyers en blanco o sortean en eBay minutos de televisión.

La Metamorfosis de la Palomita

No os perdáis los vídeos de estos terroristas visuales en La Metamorfosis de la Palomita.

Parecidos razonables entre cosméticos y Berlín

Los trabajos manuales de Sarah Illenberger son sorprendentes. No malinterpretemos, Sarah es una diseñadora alemana cuyas composiciones, mayormente meticulosas manualidades, son habituales en todo tipo de revistas.

Con sus manos puede dar forma a un busto formado por rebanadas de pan y de fiambre, adornado con un collar de guisantes. Puede convertir un polo de hombre en una coliflor y unos cuantos cosméticos, en sus manos, se transformarán en monumentos turísticos de la ciudad en la que vive, Berlín. Precisamente, esta última composición de su portafolio [pdf] me llamó suficientemente la atención como para dedicarle una sesión de parecidos razonables (con la ayuda de Flickr):

Sarah Illenberger "Berlin Babylon" Fernsehturm

Sarah Illenberger "Berlin Babylon" Brandenburger Tor

Sarah Illenberger "Berlin Babylon" Kaiser Wilhelm Gedächtniskirche

Sarah Illenberger "Berlin Babylon" Neues Synagoge

Sarah Illenberger "Berlin Babylon" Potsdammer Platz

Sarah Illenberger "Berlin Babylon" Jüdisches Museum

Hemos hablado también de Berlín cuando encontramos un problema de usabilidad en los botones del ascensor del metro, al documentar sobre la numeración de las calles y al toparnos con un semáforo en el que se había realizado una acción artística.