Iniciamos una serie de posts que tratarán sobre fallos de diseño o de funcionalidad que han provocado serios incidentes o perjuicios.
Mi dedo resbaló de forma accidental y presioné el botón que se utiliza para reiniciar el coche. El coche quedó en punto muerto y tuve que reiniciar el sistema, el cual contiene el programa que controla la caja de cambios
Lewis Hamilton. Subcampeón del mundo de Fórmula 1
El error le costó al piloto de McLaren que le adelantaran 17 coches en las primeras vueltas del Gran Premio de Brasil y perdiera valiosísimos puntos para el mundial. Además del campeonato se calcula que el equipo McLaren perdió unos 400 millones de dólares.
Desde siempre me han atraído las interfaces donde la conexión física, que no funcional, es mínima. Estamos tan acostumbrados a relacionarnos con las máquinas y ordenadores de forma manual (palancas, volantes, botones, teclados, ratones, mandos, etc) que cuando vemos otro tipo de interacciones donde no se utilizan esos dispositivos, nos sorprendemos.
Ya de pequeño aluciné con el juego de ajedrez estelar que se inventó el señor George Lucas hace ya más de treinta años para entretener a los pasajeros del Halcón Milenario. En la primera película de la saga, Star Wars IV: A new hope, R2-D2 juega una partida contra Chewbacca al Dejarik Holochess. Una especie de ajedrez galáctico con hologramas de criaturas donde éstas cobraban vida propia y se pegaban unos buenos mamporros.
Recogiendo un poco esta idea de videojuego holográfico, PlayStation3 ha creado un juego de cartas al estilo Magic donde utilizando su webcam Eyetoy, la consola reconoce unas cartas físicas que se colocan sobre un tablero y les da vida en tres dimensiones en la pantalla respondiendo a nuestros movimientos con la carta real. El juego se llama Eye of Judgement y podemos ver su funcionamiento en este vídeo:
De nuevo gracias a la ciencia ficción y a los estrenos de cine me volví a asombrar, esto no hace ya tanto, con el sistema que utilizaba Tom Cruise en la adaptación al cine de Minority Report del gran Philip K. Dick. Allí Cruise, haciendo de policía de la unidad Precrimen, utilizaba una gran interfaz que se cargaba en el aire y que le permitía ver los momentos anteriores al cometimiento de un crimen. Le servía para ordenar secuencias de imágenes, aumentarlas y eliminarlas para al final conseguir una imagen del criminal y de su ubicación. Todo esto de pie y con sus manos.
Pues bien, de llevar esto a nuestra realidad no estamos tan lejos. Ya se están realizando interfaces que nos permiten una libre interacción con los objetos proyectados.
La primera y única tarjeta que se ajusta a la norma ISO y que incluye un microprocesador, un teclado numérico de 12 botones, una pantalla para 8 dígitos alfanuméricos y una batería de larga duración.
Que genere códigos de seguridad en directo no es la noticia, lo importante es que no haya que utilizar cajeros automáticos especiales.
La confusión en este caso se produce como consecuencia de varios errores. Se pierde la consistencia entre botones e indicaciones, puesto que todo parece botón o todo parece indicación (la fila superior no corresponde a botones). Como resultado de lo anterior, la gente tiende a pulsar las etiquetas marcadas como U2 y U5, debido a que su affordance nos comunica una función que no tiene. Sin olvidar el hecho de que las personas tienen aprendido que dentro de un ascensor hay que apretar algún botón. ¿Por qué nos ponen tan difícil el saber cual?
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, y durante toda la Guerra Fría posterior, el poder de las armas nucleares había desencadenado un temor general entre las naciones del mundo entero. Me imagino al oficial Stanislav Petrov manteniéndose firme en frente de un gran botón rojo y repitiéndose a sí mismo: “la gente no empieza una guerra nuclear con sólo cinco misiles“. La guerra nuclear se personificó como el dedo de alguien encima de un botón, preparado para lanzar las cabezas nucleares en cualquier momento. A partir de entonces, la guerra era tan fácil como pulsar un botón.
En el pódium de conceptos clave para la usabilidad y los estándares, a parte de la affordance, seguro que aparecería la consistencia. Este concepto mágico se resume en que debemos hacer que los mismos mecanismos se usen de las misma manera siempre. Cuando un botón que parece un botón actúa como un botón, es que la consistencia ha hecho acto de presencia.
Los estándares son una manera de asegurar la consistencia y, por tanto, la usabilidad de un objeto o sistema. En Exocert.com, además de resolvernos un misterioso código QR, nos hablaban de un error en la web de Nokia. Comparando las prestaciones de algunos teléfonos, los datos de duración de la batería no aparecían en las mismas unidades de tiempo, con lo que a simple vista no era fácil saber a que aparato le duraría más la batería.
Esto me ha hecho recordar un problema parecido de consistencia que encuentro muy a menudo. Normalmente, la mayoría de las instrucciones para calentar un plato precocinado en el microondas vienen en vatios. Del tipo “calentar en el microondas a 750 W durante 7 minutos”:
Pero, ¿qué ocurre cuando llegamos al microondas? Esto:
Las instrucciones para usar el microondas y el uso real del microondas no es consistente, no están en las mismas medidas. Así me salen los precocinados, que a veces me los como medio fríos o más secos que una mojama.
Actualización: Miguel me informa de que mi incompetencia calentando platos al microondas se debe a otros problemas de consistencia. Aprovecho para mostrar mi microondas preferido, propiedad de una espectacular mujer:
Simplificar y unificar una gama de miles de productos y diseños a través de una actitud consistente, no debe ser una tarea nada fácil. Sin embargo, esa es la labor de Sam Lucente, director de experiencia y diseño de la marca HP.
Centrando sus esfuerzos en crear una gama de productos más familiar y simple, ha propuesto, por ejemplo, un único logo para cualquiera de los productos de HP y, especialmente, un único control de navegación para reemplazar las decenas (o centenares) de ellos que están utilizándose actualmente: el Q Control.
Cuando nació la primera cámara Kodak en 1888, también se creo la frase que identificaría la filosofía de la empresa: “You push the button, we do the rest.” Se asociaba de esta manera al botón, el concepto de facilidad de uso.
A destacar The unswitchable switch, el interruptor que no se puede activar, debido a que la caja protectora que lo envuelve está completamente sellada.
El uso del rojo y el verde, especialmente cuando se emplean juntos, es una de las pistas comprensibles más universales de diseño. El rojo es señal de que algo va mal. Atención, quieto, ¡alarma! En cambio el verde indica que todo va bien, adelante, en funcionamiento. Esto genera un problema de diseño cuando tratamos con algún aparato utilizado para grabar:
Como vemos, rojo indica grabar. Así que es natural utilizar el color rojo para indicar que el aparato está grabando, su funcionamiento normal. ¡Pero hemos visto que el rojo significa alarma! El funcionamiento normal del aparato utiliza una señal roja que contradice el hecho de que todo va correctamente.
Así pues, ¿cuál es la razón de que el botón de grabar sea rojo? Como muchas veces, la razón es histórica. Proviene de que el color rojo significaba en la radio un aviso. “¡Shhhhh! Silencio, estamos grabando”. ON AIR: