La consistencia de las instrucciones del microondas

En el pódium de conceptos clave para la usabilidad y los estándares, a parte de la affordance, seguro que aparecería la consistencia. Este concepto mágico se resume en que debemos hacer que los mismos mecanismos se usen de las misma manera siempre. Cuando un botón que parece un botón actúa como un botón, es que la consistencia ha hecho acto de presencia.

Los estándares son una manera de asegurar la consistencia y, por tanto, la usabilidad de un objeto o sistema. En Exocert.com, además de resolvernos un misterioso código QR, nos hablaban de un error en la web de Nokia. Comparando las prestaciones de algunos teléfonos, los datos de duración de la batería no aparecían en las mismas unidades de tiempo, con lo que a simple vista no era fácil saber a que aparato le duraría más la batería.

Esto me ha hecho recordar un problema parecido de consistencia que encuentro muy a menudo. Normalmente, la mayoría de las instrucciones para calentar un plato precocinado en el microondas vienen en vatios. Del tipo “calentar en el microondas a 750 W durante 7 minutos”:

Instrucciones para calentar comida en el microondas

Pero, ¿qué ocurre cuando llegamos al microondas? Esto:

Rueda de selección de potencia en microondas

Las instrucciones para usar el microondas y el uso real del microondas no es consistente, no están en las mismas medidas. Así me salen los precocinados, que a veces me los como medio fríos o más secos que una mojama.

Actualización: Miguel me informa de que mi incompetencia calentando platos al microondas se debe a otros problemas de consistencia. Aprovecho para mostrar mi microondas preferido, propiedad de una espectacular mujer:

Microondas SHARP R-212U

Philippe Starck, se acabó el diseño

Hace nada, hablábamos del famoso exprimidor Juicy Salif de Philippe Starck, un producto de la marca italiana Alessi, reconocido mundialmente, aunque no precisamente por su capacidad para exprimir limones. Los italianos se dieron cuenta de que la gente compraba sus cafeteras y hervidores no sólo porque querían hacer café o hervir agua, sino por razones menos funcionales y más emocionales. Así que finalmente decidieron darle un sentido poético a sus diseños industriales y han lanzado una colección de miniaturas con sus clásicos de los últimos 60 años:

Colección de miniaturas de AlessiColección de miniaturas de Alessi

Entre ellos, se incluyen dos diseños más de Philippe Starck. El hervidor Hot Bertaa (1990) y la figura Dédé (1996):

Hervidor Hot Bertaa de Philippe StarckFigura Dédé de Philippe Starck

Probablemente, viendo esta colección con perspectiva, Supermán Starck pensó que todo lo que siempre ha diseñado, ha sido innecesario, puro materialismo. De ahí su idea de abandonar el diseño en un par de años:

Quiero hacer otra cosa, pero todavía no se qué. Quiero encontrar otra manera de expresarme. El diseño es una forma de expresión espantosa… En el futuro no habrá más diseñadores. Los diseñadores del futuro serán el profesor particular, el entrenador físico, el consultor dietético.

Instrucciones para embarazadas

Las intrucciones para cuidar un bebé que publicamos en este blog, tuvieron una repercusión immerecida a raíz de salir comentadas en Dooce, uno de los blogs más importantes del mundo.

Tenía constancia de que pertenecían a un pequeño libro, pero no pude encontrarlo por ninguna parte. Ahora, gracias a un email que me acusa de violación de los derechos de autor de buen rollo, he podido dar con el libro:

Sin embargo, lo mejor es que he podido encontrar otro con intrucciones para embarazadas:

Y he encontrado una pequeña muestra del libro en Laughing Squid:

Instrucciones: “Sharing with friends”
Instrucciones: “Telling Him You’re Pregnant”
Instrucciones: “Taking Supplements” & “Flattering Swimwear”
Instrucciones: “Visualization in Lab”
Instrucciones: “Yoga Positions” & “Fun Shower Games” & “Working Pregnant”

Ambos libros incluyen la rueda de la responsabilidad, para ayudar a los padres con sus deberes sin acabar divorciados:

La rueda de la responsabilidad

Cómo organizar una fiesta para 30.000 personas

Trance Energy 2008

La semana pasada estuve en Holanda, el motivo de mi visita fue un festival de música trance (Trance Energy 2008), aunque ya que fui con mis amigos aprovechamos y vimos Amsterdam, una bonita ciudad llena de canales y bicicletas (y de duendes y dragones alguna tarde).

La fiesta se celebró en Utrecht, una ciudad cercana a la que se llega fácilmente en tren. El lugar de celebración fue un conjunto de mega salas que supongo que estan destinadas a grandes eventos (al estilo de Fira de Barcelona o Ifema en Madrid) y la duración fue de 10 horas, de 9 de la noche a 7 de la mañana.

En esta fiesta pincharon DJ’s muy influyentes en el panorama actual, como Tiësto, Ferry Corsten o Marco V, entre muchos otros. Estos DJ’s aseguran un nivel de movilización brutal, tan brutal como que se vendieron las 30.000 entradas en muy poco tiempo. Pensándolo antes de ir hacia Utrecht ya me imaginaba el percal, colas kilométricas, caos en el guardarropía, caos al pedir en la barra, masificaciones de gente por todos lados…

Pues cuál fue mi sorpresa, que todo estaba planeado al milímetro, una organización bestial y muy bien pensada, minimizando riesgos. No hicimos prácticamente cola (evidentemente con 30.000 personas no es llegar y besar el santo, pero todo super razonable, no más de 10 minutos de cola en ningún sitio), estaba todo bien indicado, personal suficente, y un contínuo de sorpresas agradables. La verdad es que no estoy acostumbrado a asistir a eventos de tal dimensión, pero he asisitido a muchísimas fiestas y mi sensación es casi siempre la misma: demasiadas colas, gente muy apiñada, falta de personal, etc.

Montar un evento de estas características no tiene que ser nada fácil, así que voy a enumerar los puntos que creo que fueron claves para que todo fuera como la seda:

  • La entrada
    Es un punto muy clave, ya que es donde se acumula más gente, imaginaos hasta qué punto puede ser clave con tanta gente en la “puerta”. Estaba muy bien pensado, ya que habían montado una especie de vallas formando muchísimos pasillos (así se evitan aglomeraciones). Al final de éstos comprobaban tu entrada (sólo necesitabas imprimir un código de barras, así de fácil y rápido), y justo después volvía a repetirse otra ristra de pasillos, para registrarte y evitar que pudieras meter armas o drogas dentro.
  • El guardarropía
    Es otro de los sitios donde más aglomeraciones de gente se producen, además tienes riesgo de poder perder alguna prenda o el papelito que te dan cuando guardan tus prendas. En este evento en cambio, en vez de guardarropías había taquillas repartidas en una zona muy grande y bien señalizada para encontrar tu número de taquilla (había unas 10.000 taquillas), muy buena solución, ya que de un plumazo evitas colas (había un puesto central donde te alquilaban la llave) y minimizas el riesgo de perder alguna prenda (como mucho pierdes la llave), además del ahorro del personal de guardarropía.
  • Las instalaciones
    El complejo era grandioso, diferentes salas, zonas comunes para descansar donde podías comprar comida, bebida, merchandising, incluso un puesto de información antidroga (donde pueden decirte qué componentes lleva una pastilla y te facilitan información), y todo bien indicado, nada más entrar te daban una folleto informativo con el mapa de las diferentes salas y zonas y con el planning de los DJ’s que pinchaban en cada sala. La sala principal era realmente grande, tan grande que casi ni veías al DJ si estabas en la mitad de la sala, y tan grande que podías bailar tranquilamente sin sentirte en una lata de sardinas, incluso cuando estuvo en los platos un tal Tiësto.
  • Consumiciones
    Las consumiciones se hacían mediante unos tickets, lo había visto anteriormente de otra manera, es decir, en vez de comprar la bebida, compras en otro punto un ticket y luego lo cambias en la barra, pero el funcionamiento era algo diferente, ya que tu comprabas una ristra de tickets (4 tickets) a 10€, y con los diferentes tickets podías comprar bebida o comida en todo el complejo. Había muchísimos puestos repartidos por todas las zonas para comprar tickets, de esta manera se evitan colas tremendas en la barra, ya que el tiempo de pago es instantáneo, además se evita que el cliente no pague en la barra (esto puede pasar cuando hay mucha gente) y los camareros no tocan dinero y así se pueden dedicar por completo a servir. Es muy acertado simplificar los precios a 1, 2, 3 o 4 tickets dependiendo del producto a comprar, ya que aligera mucho todo el proceso de compra/venta.
  • Personal
    Es básico para que todo lo demás tan bien pensado tenga el resultado esperado. Mucho personal de seguridad, suficiente personal en barras, información, etc.

En conclusión, ¡menudo festival me pegué! ;P

marcio

Lo que antes era gratis ahora se paga: el agua

Tengo la costumbre de ponerme a pensar sobre productos o conceptos cuyo valor (tanto comercial como cualitativo) evoluciona con el tiempo de manera extrema. Como por ejemplo cosas que siempre hemos conseguido gratis o casi sin esfuerzo y que luego pagamos por ellas. Me interesa más elucubrar sobre futuros candidatos al galardón “lo que antes era gratis ahora se paga”.

No me refiero a antigüedades. Hablo de cosas como la intimidad o la privacidad, que estoy seguro que en el futuro gastaremos mucho dinero por disponer de ellas, las comisiones de los bancos, un caso de algo que será gratis y ahora es escandaloso, popularidad en Internet, las venturas y desventuras del PageRank™ [en], o el agua. Leí hace tiempo un artículo sobre el agua embotellada [en] que dice que los americanos gastaron más dinero el pasado año en agua embotellada que en iPods o entradas de cine.

Agua embotellada

Podemos llegar a pagar hasta 4 veces el precio de la gasolina por un producto que siempre hemos tenido, y podemos aún obtener gratis, desde el grifo de nuestras casas. Bebemos más agua embotellada que leche, café o cerveza. Solamente las bebidas carbonadas son más populares que el agua.

Compramos agua embotellada porque creemos que es sana. Por supuesto que lo es, pero no más segura o sana que el agua del grifo. Exceptuando algunos casos extraños, el agua del grifo de un país acostumbra a ser asombrosamente segura. Se monitoriza constantemente y se publican los resultados de las pruebas. Podemos llegar a pagar 1 € por medio litro de agua Evian, aceptando a pagar un recargo (por la convicción de que es sana) del que no somos conscientes. Puede parecer barato, pero solamente porque no estamos prestando atención.

En San Francisco, el agua municipal proviene del interior del Parque Nacional de Yosemite. Es tan buena, que la EPA no requiere que San Francisco la filtre. Si comprásemos una botella de medio litro de agua Evian, podríamos rellenarla una vez al día durante 10 años, 5 meses y 21 días con el agua del grifo de San Francisco hasta que ese agua costara 1 €. Visto de otro modo, si el agua que usamos en casa costara lo mismo que lo que cuestan las “económicas” botellas de agua, nuestra factura mensual de agua alcanzaría los 9.000 €.

Las dos primeras marcas que se distribuyen el mercado del agua embotellada en Estados Unidos son Pepsi con Aquafina y Dasani de CocaCola. Son simplemente agua municipal purificada. Así que la mayor parte del agua embotellada que se bebe en USA es agua del grifo reempaquetada por CocaCola y Pepsi para nuestra comodidad. Todo esto acompañado de una nueva legión de aguas (que no son aguas realmente) y que intentar hacer el agua “mejor”: agua de sabores, aguas con O2, etc.

Como vemos, gastamos mucho dinero en algo que siempre hemos conseguido “gratis” (si es que todavía se puede pedir un vaso de agua en un restaurante). Pero ¿qué pasa cuando una industria entera crece sobre el suministro de algo que no necesitamos?

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