Arte urbano en las señales de tráfico
No puedo más que acordarme de los semáforos de la Karl Marx Allee al encontrarme con esto en Swissmiss:
No puedo más que acordarme de los semáforos de la Karl Marx Allee al encontrarme con esto en Swissmiss:
En Internet no quiero enterarme de lo que pasa, sino de lo que me interesa.
En el pódium de conceptos clave para la usabilidad y los estándares, a parte de la affordance, seguro que aparecería la consistencia. Este concepto mágico se resume en que debemos hacer que los mismos mecanismos se usen de las misma manera siempre. Cuando un botón que parece un botón actúa como un botón, es que la consistencia ha hecho acto de presencia.
Los estándares son una manera de asegurar la consistencia y, por tanto, la usabilidad de un objeto o sistema. En Exocert.com, además de resolvernos un misterioso código QR, nos hablaban de un error en la web de Nokia. Comparando las prestaciones de algunos teléfonos, los datos de duración de la batería no aparecían en las mismas unidades de tiempo, con lo que a simple vista no era fácil saber a que aparato le duraría más la batería.
Esto me ha hecho recordar un problema parecido de consistencia que encuentro muy a menudo. Normalmente, la mayoría de las instrucciones para calentar un plato precocinado en el microondas vienen en vatios. Del tipo “calentar en el microondas a 750 W durante 7 minutos”:
Pero, ¿qué ocurre cuando llegamos al microondas? Esto:
Las instrucciones para usar el microondas y el uso real del microondas no es consistente, no están en las mismas medidas. Así me salen los precocinados, que a veces me los como medio fríos o más secos que una mojama.
Actualización: Miguel me informa de que mi incompetencia calentando platos al microondas se debe a otros problemas de consistencia. Aprovecho para mostrar mi microondas preferido, propiedad de una espectacular mujer:
Hace nada, hablábamos del famoso exprimidor Juicy Salif de Philippe Starck, un producto de la marca italiana Alessi, reconocido mundialmente, aunque no precisamente por su capacidad para exprimir limones. Los italianos se dieron cuenta de que la gente compraba sus cafeteras y hervidores no sólo porque querían hacer café o hervir agua, sino por razones menos funcionales y más emocionales. Así que finalmente decidieron darle un sentido poético a sus diseños industriales y han lanzado una colección de miniaturas con sus clásicos de los últimos 60 años:
Entre ellos, se incluyen dos diseños más de Philippe Starck. El hervidor Hot Bertaa (1990) y la figura Dédé (1996):
Probablemente, viendo esta colección con perspectiva, Supermán Starck pensó que todo lo que siempre ha diseñado, ha sido innecesario, puro materialismo. De ahí su idea de abandonar el diseño en un par de años:
Quiero hacer otra cosa, pero todavía no se qué. Quiero encontrar otra manera de expresarme. El diseño es una forma de expresión espantosa… En el futuro no habrá más diseñadores. Los diseñadores del futuro serán el profesor particular, el entrenador físico, el consultor dietético.
Las intrucciones para cuidar un bebé que publicamos en este blog, tuvieron una repercusión immerecida a raíz de salir comentadas en Dooce, uno de los blogs más importantes del mundo.
Tenía constancia de que pertenecían a un pequeño libro, pero no pude encontrarlo por ninguna parte. Ahora, gracias a un email que me acusa de violación de los derechos de autor de buen rollo, he podido dar con el libro:
Sin embargo, lo mejor es que he podido encontrar otro con intrucciones para embarazadas:
Y he encontrado una pequeña muestra del libro en Laughing Squid:
Ambos libros incluyen la rueda de la responsabilidad, para ayudar a los padres con sus deberes sin acabar divorciados:
Una simpática relación de la interacción del hombre con la tecnología o, más bien, de la falta de ella:
Visto en El perro flaco.
La semana pasada estuve en Holanda, el motivo de mi visita fue un festival de música trance (Trance Energy 2008), aunque ya que fui con mis amigos aprovechamos y vimos Amsterdam, una bonita ciudad llena de canales y bicicletas (y de duendes y dragones alguna tarde).
La fiesta se celebró en Utrecht, una ciudad cercana a la que se llega fácilmente en tren. El lugar de celebración fue un conjunto de mega salas que supongo que estan destinadas a grandes eventos (al estilo de Fira de Barcelona o Ifema en Madrid) y la duración fue de 10 horas, de 9 de la noche a 7 de la mañana.
En esta fiesta pincharon DJ’s muy influyentes en el panorama actual, como Tiësto, Ferry Corsten o Marco V, entre muchos otros. Estos DJ’s aseguran un nivel de movilización brutal, tan brutal como que se vendieron las 30.000 entradas en muy poco tiempo. Pensándolo antes de ir hacia Utrecht ya me imaginaba el percal, colas kilométricas, caos en el guardarropía, caos al pedir en la barra, masificaciones de gente por todos lados…
Pues cuál fue mi sorpresa, que todo estaba planeado al milímetro, una organización bestial y muy bien pensada, minimizando riesgos. No hicimos prácticamente cola (evidentemente con 30.000 personas no es llegar y besar el santo, pero todo super razonable, no más de 10 minutos de cola en ningún sitio), estaba todo bien indicado, personal suficente, y un contínuo de sorpresas agradables. La verdad es que no estoy acostumbrado a asistir a eventos de tal dimensión, pero he asisitido a muchísimas fiestas y mi sensación es casi siempre la misma: demasiadas colas, gente muy apiñada, falta de personal, etc.
Montar un evento de estas características no tiene que ser nada fácil, así que voy a enumerar los puntos que creo que fueron claves para que todo fuera como la seda:
En conclusión, ¡menudo festival me pegué! ;P
Esto no es un invento casero. Lo utiliza mi compañera de piso para apurar al máximo la pasta de dientes:
Resulta que más allá del clip patentado para evitar que el tubo se desenrolle, existen multitud de dispensadores de este tipo diseñados para personas con discapacidades. Y más allá de la mera utilidad, está el X-Paste.
Tengo la costumbre de ponerme a pensar sobre productos o conceptos cuyo valor (tanto comercial como cualitativo) evoluciona con el tiempo de manera extrema. Como por ejemplo cosas que siempre hemos conseguido gratis o casi sin esfuerzo y que luego pagamos por ellas. Me interesa más elucubrar sobre futuros candidatos al galardón “lo que antes era gratis ahora se paga”.
No me refiero a antigüedades. Hablo de cosas como la intimidad o la privacidad, que estoy seguro que en el futuro gastaremos mucho dinero por disponer de ellas, las comisiones de los bancos, un caso de algo que será gratis y ahora es escandaloso, popularidad en Internet, las venturas y desventuras del PageRank™ [en], o el agua. Leà hace tiempo un artÃculo sobre el agua embotellada [en] que dice que los americanos gastaron más dinero el pasado año en agua embotellada que en iPods o entradas de cine.
Podemos llegar a pagar hasta 4 veces el precio de la gasolina por un producto que siempre hemos tenido, y podemos aún obtener gratis, desde el grifo de nuestras casas. Bebemos más agua embotellada que leche, café o cerveza. Solamente las bebidas carbonadas son más populares que el agua.
Compramos agua embotellada porque creemos que es sana. Por supuesto que lo es, pero no más segura o sana que el agua del grifo. Exceptuando algunos casos extraños, el agua del grifo de un paÃs acostumbra a ser asombrosamente segura. Se monitoriza constantemente y se publican los resultados de las pruebas. Podemos llegar a pagar 1 € por medio litro de agua Evian, aceptando a pagar un recargo (por la convicción de que es sana) del que no somos conscientes. Puede parecer barato, pero solamente porque no estamos prestando atención.
En San Francisco, el agua municipal proviene del interior del Parque Nacional de Yosemite. Es tan buena, que la EPA no requiere que San Francisco la filtre. Si comprásemos una botella de medio litro de agua Evian, podrÃamos rellenarla una vez al dÃa durante 10 años, 5 meses y 21 dÃas con el agua del grifo de San Francisco hasta que ese agua costara 1 €. Visto de otro modo, si el agua que usamos en casa costara lo mismo que lo que cuestan las “económicas” botellas de agua, nuestra factura mensual de agua alcanzarÃa los 9.000 €.
Las dos primeras marcas que se distribuyen el mercado del agua embotellada en Estados Unidos son Pepsi con Aquafina y Dasani de CocaCola. Son simplemente agua municipal purificada. Asà que la mayor parte del agua embotellada que se bebe en USA es agua del grifo reempaquetada por CocaCola y Pepsi para nuestra comodidad. Todo esto acompañado de una nueva legión de aguas (que no son aguas realmente) y que intentar hacer el agua “mejor”: agua de sabores, aguas con O2, etc.
Como vemos, gastamos mucho dinero en algo que siempre hemos conseguido “gratis” (si es que todavÃa se puede pedir un vaso de agua en un restaurante). Pero ¿qué pasa cuando una industria entera crece sobre el suministro de algo que no necesitamos?
La simplicidad permite que la gente actúe.