La metáfora del escritorio

La metáfora es un término asociado normalmente al lenguaje y se utiliza para relacionar una palabra en su sentido literal con otra que tenga cierto parecido con ésta. Morder el polvo, por ejemplo.

Si la metáfora esta correctamente definida podría servir para, a través de un concepto conocido, entender otro nuevo o abstracto de una forma familiar. Un usuario podría intuir la funcionalidad de la papelera de reciclaje sin ayuda adicional.

En este punto me pondría a hablar de la historia y bondades de la metáfora del escritorio de los sistemas operativos, con sus papeles, carpetas, archivadores, buzones de correo y papeleras. Pero he visto en No puedo creer que lo hayan inventado este video que habla por sí solo. Ante ustedes, la metáfora del escritorio:

Cabe recordar, sin embargo, que nunca una metafora debe comportarse literalmente como la entidad que representa.

Actualización: En este caso, la metáfora del escritorio del MundoReal™ adaptada para los ordenadores, ¡vuelve al MundoReal™!

Carpetas clasificadoras de Wir Gestalten

Un buen diseño abre muchas puertas

Sin temor a labrarme una reputación de inútil, en ocasiones, tengo problemas con las puertas. Cierto que poco se puede hacer con ellas. A no ser que seas carpintero o graffitero, o las abres o las cierras. Sin embargo, las puertas son un clásico ejemplo a la hora de hablar de usabilidad. ¿Quién no ha empujado puertas de las que debería tirar o tirado de algunas que debería empujar?

En la siguiente fotografía la situación se agrava. Un buen diseño disiparía toda duda sin necesidad de símbolos ni palabras, poniendo a disposición suficientes pistas visibles acerca del funcionamiento. Pero en esta ocasión, no se hace un uso optimizado de la captación intuitiva o affordance en el diseño de las puertas.

Puertas a la salida del metro de Barcelona

Básicamente, las placas metálicas no dejan claro en que punto debemos usarlas. Indican que se pueden empujar desde cualquier punto, cosa que no es cierta si intentas hacerlo desde el lado cercano a los goznes.

En este caso, con puertas contiguas, saber donde está el gozne (cuyas bisagras están ocultas por cuestiones de diseño) no es intuitivo. Menos aún si tienes tras de tí una avalancha de gente estresada corriendo hacia la salida.

Tiradores con una forma no adecuada

La mujer espectacular encargada del centro del ordenador que no conseguí poner en marcha, se quejaba amargamente de los tiradores de las puertas de los armarios de dicho centro. De usarlos habitualmente, tenía los dedos pelados. Literalmente.

Tirador de la puerta de un armario

Tal vez, en un entorno donde los usuarios llevaran siempre guantes, estos tiradores no producirían ese efecto. Pero debido a su tamaño, al material con el que están fabricados y a la muesca inferior, no serían los más adecuados para un entorno habitual de uso con las manos desnudas.

Me pregunto si categorizar esta entrada como “Abrefácil”…