Más cerca de la Realidad aumentada
Cuando mi tutor, una eminencia en diseño de interacción, me ofreció para mi tesis universitaria la realización de un proyecto sobre Realidad aumentada, hace ya casi 8 años, me vi con la oportunidad definitiva de salir de la mediocridad.
Misterpaquet, doctor en HCI, me explicaba que, con esta técnica, un fontanero llegaría a mi casa, se pondría las gafas de Realidad aumentada y con éstas se ampliaría la realidad física para mostrar virtualmente toda la red de tuberías, de electricidad, etc. facilitándole la labor a la hora de agujerear la pared. Evidentemente, el fontanero seguiría dejándote tieso al presentarte la factura, pero no habría acabado rompiéndote el mueble del lavabo de cristal templado.
Recuerdo haber imaginado la Realidad aumentada como los visores de combate de la saga Dragon Ball.
En esa época, en la que no existía Google Maps, los teléfonos móviles parecían walkie-talkies y las siglas GPS me sonaban a carreras de motos, el proyecto se me antojó irrealizable. El profesor se acabó suicidando unos años más tarde y yo acabé haciendo una web como tesis.
Todo esto me viene a la memoria cuando veo cosas como las que hace Enkin, un nuevo concepto de navegación que combina GPS, sensores de orientación, gráficos 3D, vídeo en vivo y varios servicios web para ofrecer una interfaz de usuario novedosa para la navegación a través del móvil.
Como dice Harry, “en cuatro días esto se usará para cruzarlo con redes sociales e identificar a tus amigos del Myspace, Facebook…”. Harry a 100 metros, en el puesto de los helados.