Billy y el servicio de montaje de Ikea
No sé porque extraña razón siempre había creído que ir a Ikea era divertido, que siempre era pasar un buen rato probando camas y hartándose de gaseosa. No sé si conservaba esa sensación porque nunca había tenido que hacer un uso intensivo de la regla de papel o porque asociaba la palabra “montar” con el Meccano. Sin embargo, esa impresión, se desvaneció para siempre cuando decidí montar una cocina.
Nunca, repito, nunca intentéis montar una cocina de Ikea sin experiencia previa. Ikea no es divertido, los muebles vienen desmontados, en 2D. Tienes que darles vida 3D con una ridícula llave Allen. No te avisan que tienes que hacer agujeros inmensos en encimeras o en el metal del fregadero. ¿Para qué me lo van a traer a casa si mi primo me ayuda con la furgoneta? ¿Para qué van a venirme a montar, con lo caro que es, si yo con las instrucciones me apaño?
¿Para qué? Dios santo, para no tener que volver 7 veces más a Ikea por falta de tornillos, para no tener que salvar un matrimonio, pedir una semana de vacaciones y para dejar de darle el coñazo a tu primo. Ikea es divertido hasta que tienes que montar una cocina… Entonces te acuerdas de Billy, Forsby y Poäng y de la madre que los parió:
The IKEA assembly service, visto en ibelieveinadv.