Los malditos envoltorios de plástico

La entrada anterior de este mediocre blog sobre un dispositivo para abrir latas que incorporan un abrefácil, me recordó el caso de los envoltorios de plástico:

Estos envoltorios de plástico, en ocasiones más pesados que el propio producto que envuelven, están sellados de tal endemoniada manera que pueden poner en peligro la integridad de uno mismo. De poco he estado por seccionarme un dedo intentando abrir una memoria USB contenida en uno de estos envases. La razón de esta medida insana por envolver un producto de 10 € como si fuera una joya, es una exigencia de los vendedores por hacerlo resistente a los robos. El remedio es peor que la enfermedad: un envoltorio nada ecológico, caro, una pérdida de tiempo y frustrante para el consumidor. Tal es así que hay en el mercado abridores para estos envoltorios que, como vienen empaquetados de esta manera, generan la paradójica cuestión de: ¿cómo se abre el envoltorio de plástico del abridor de envoltorios de plástico?

Continuando en general con el tema del empaquetado [en], ¿por qué no descubrimos, hasta que sacamos las cámaras digitales de su empaquetado, que vienen con una pegatina que indica el número de megapíxeles? Porque una de cada cien cajas se abre en la tienda para colocar la cámara en el escaparate, y de esta manera, las marcas se asegurarán que su cámara indicará claramente que la tienen más grande que ninguna otra.

No son más que medidas caras y nada amigables para el medio ambiente (últimamente nos estamos volviendo muy verdes). Volviendo al tema de las latas con abrefácil, una curiosidad más que me vino en mente referente a las latas de conserva, es que fueron inventadas como resultado de un premio ofrecido por Napoleón Bonaparte al que pudiera encontrar un método para mantener los alimentos en buen estado por un largo periodo de tiempo. Como era difícil hacer llegar víveres a sus tropas, ofreció 12.000 francos de los de 1795 por el invento. Se los llevó Nicolas Appert, inventor de las latas de conserva. Grandes avances siempre en los desgraciados tiempos de guerra.