El peligro de los estándares con nombre y apellido

Knight Industries Two Thousand y Cyberdyne Systems Corporation han llegado a un acuerdo para crear un sistema estándar de comunicación entre máquinas y humanos.

Este titular refleja al dedillo la definición de estándar: un acuerdo entre un grupo de profesionales oficialmente autorizados para establecer una recomendación o regla basada en su experiencia práctica. Dependiendo de ciertas características en esta definición, los estándares se dividen en los dos tipos siguientes:

  • Los estándares de iure son generados por un comité con estatus legal y están avalados por el apoyo de un gobierno o institución para producir estándares. Es un proceso complejo que podríamos resumir de la siguiente manera: se generaría un borrador público con las especificaciones de comunicación máquina-humano, en el que cualquier interesado podría presentar enmiendas. Acme Corporation, por ejemplo, podría no estar de acuerdo con la propuesta de dejar a las máquinas controlar el arsenal militar de los Estados Unidos con independencia de los humanos. Una vez hechas las correcciones y alcanzado un consenso, se aceptaría el nuevo estándar.

    ISO, ANSI, IEEE y W3C son ejemplos de comités que crean estándares de iure en informática.

  • Los estándares de facto tienen un carácter más romántico e ideal. Se generan a partir de desarrollos que hayan tenido una gran difusión o del éxito que puedan tener ciertos productos en el mercado. Probablemente, el uso generalizado del Turbo Boost, convertiría esta característica en un estándar de facto para los coches controlados por inteligencia artificial. Encontraríamos la definición de este estándar en el mismo manual que acompaña al automóvil.

    Entre los más conocidos estándares de facto se encuentran la obsoleta cinta de video VHS, la iconografía de los aeropuertos o la disposición de los números en los teclados y teléfonos.

Así pues, tenemos a Cyberdyne Systems Corporation dispuesta a facilitarnos la vida gracias a un maravilloso estándar. Podremos comunicarnos con todas las máquinas de la misma manera. No tendremos porqué preocuparnos de cómo confirman nuestros datos. Todas dicen: “afirmativo”.

Sin embargo, no olvidemos que Cyberdyne es una empresa y como tal, estará dispuesta a aprovechar su imagen y su ventaja tecnológica para ocupar una posición predominante en el mercado. Una posición que peligrosamente podría acercase al monopolio. Y cuando un estándar no es público, sino un producto perteneciente a una compañía privada, es probable que los consumidores acaben arrepintiéndose de haberle dado tanto poder…