Banksy sobre la publicidad

Se cachondean de ti cada día. Se meten en tu vida, te agreden gratuitamente y desaparecen. Te acechan desde altos edificios y te hacen sentir pequeño. Lanzan frívolos comentarios desde autobuses insinuando que no eres lo bastante sexy y que la diversión está en otro sitio. Están en la televisión haciendo que tu chica se sienta incómoda. Tienen acceso a la tecnología más avanzada que el mundo ha conocido y te acosan con ella. Son “los anunciantes”. Y se ríen de ti.

Tú, sin embargo, tienes prohibido tocarlos. Las marcas registradas, los derechos de propiedad intelectual y los derechos de autor permiten a los anunciantes decir lo que quieran, donde quieran, con total impunidad.

A la mierda con eso. Todo anuncio en un espacio público, sin darte la posibilidad de elegir si quieres verlo o no, pasa a ser tuyo. Es tuyo para que lo cojas, lo modifiques y lo reutilices. Puedes hacer lo que quieras con él. Pedir permiso sería como preguntarle a alguien si puedes quedarte con la piedra que acaba de tirarte a la cabeza.

No debes nada a las empresas. Ni eso. Sobre todo no les debes ningún respeto. Ellos te lo deben a ti. Han reorganizado el mundo para ponerse delante tuyo. Nunca te pidieron permiso, no se te ocurra pedir tú el suyo.

Retweet de Hënrich Elleviräan (1980- , programador finlandés afincado en Holanda).